Los cinco - Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia - se habían quejado de que la liberalización de todo el comercio con Ucrania por parte de la Unión Europea suponía la entrada masiva de grano ucraniano más barato, lo que hacía que la producción nacional no fuera rentable.

La Comisión, que supervisa la política comercial en la Unión Europea de 27 países, había permitido a los vecinos establecer restricciones a las importaciones de trigo, maíz, colza y semillas de girasol ucranianos. Esta excepción debía haber durado hasta el lunes.

Los cereales pueden seguir exportándose a otros miembros de la UE o al exterior del bloque. La Comisión dijo hace un mes que podría prorrogar las restricciones si persistían las condiciones excepcionales.