La prolongada escasez de divisas en Egipto corre el riesgo de agravarse debido a la pérdida de ingresos procedentes del Canal de Suez, y este mes ha provocado el cierre de tiendas y nuevas restricciones a la retirada de fondos con tarjeta de crédito.

La inflación ha disminuido ligeramente desde los máximos históricos del año pasado, pero sigue superando el 30%.

Sisi culpó de la falta de divisas a la dependencia de las importaciones que Egipto arrastra desde hace décadas y que, según dijo, exige un gasto de 1.000 millones de dólares al mes en productos básicos como el trigo y los aceites vegetales y otros 1.000 millones en combustible.

"Presentamos servicios al pueblo egipcio en libras egipcias, y tenemos que pagarlos en dólares", dijo en comentarios para conmemorar el día de la policía nacional en El Cairo.

"¿No comemos? Comemos. ¿No bebemos? Bebemos, y todo funciona. ¿Las cosas son caras y algunas no están disponibles? ¿Y qué?" dijo Sisi.

"Me dicen que la vida es cara, yo les digo que aunque sea cara, estamos viviendo. Si podemos soportarlo, viviremos, creceremos y superaremos este problema".

Egipto está intentando reactivar y ampliar un programa de 3.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Pero para ello se ve presionado a dejar flotar su moneda y a llevar a cabo reformas estructurales que incluyan la reducción del papel del ejército y del Estado para dejar espacio al sector privado.

El gobierno se enfrenta a un abultado calendario de reembolsos de una deuda que se ha disparado en los últimos años, ya que Egipto se ha embarcado en costosos megaproyectos, incluida una nueva capital en construcción al este de El Cairo.

"Los economistas nos han dicho que necesitamos profundas medidas de austeridad en nuestra economía, y esto no es un secreto", dijo Sisi.

"Y que deberíamos detener los grandes proyectos, y esta opinión económica puede ser acertada, pero a eso yo digo: Yo doy empleo a 5-6 millones de personas, dígame... ¿cómo podríamos paralizar todo esto?".