Sudáfrica comunicó el lunes a los donantes para el clima que no alcanzaría sus objetivos de emisiones para 2030, pero que se comprometía a alcanzar el "cero neto" a mediados de siglo, mientras se apresura a eliminar los obstáculos financieros y de otro tipo que dificultan el despliegue de las energías renovables, según declaró el nuevo ministro de Energía.

"Hemos compartido con los socios esta misma mañana... que no podremos cumplir esos objetivos para 2030, es muy poco probable", dijo Ramokgopa en una entrevista con Reuters en su despacho de Pretoria.

Pero añadió que, "si se utiliza un horizonte largo de 2050, no nos moveremos (de) eso".

En virtud de los Acuerdos de París sobre el clima, Sudáfrica se comprometió a reducir las emisiones a entre 350 y 420 millones de toneladas para 2030, desde los 442 millones de toneladas de 2020, en el camino hacia el cero neto.

Ramokgopa dijo que a partir de la semana que viene también se reuniría con prestamistas y proveedores privados de energía para escuchar sus "frustraciones" por los retrasos en los proyectos, con vistas a acelerar la inversión en energía verde y ponerse al día en sus compromisos climáticos.

Debido a su fuerte dependencia del carbón para producir electricidad, Sudáfrica es la gran economía del mundo con mayor intensidad de carbono y el 15º mayor emisor de gases de efecto invernadero, por encima de Francia, Italia o Turquía.

Tras años de cortes de electricidad, Sudáfrica tuvo que dar prioridad a la seguridad energética aumentando la producción de las centrales térmicas de carbón, dijo Ramokgopa.

"Pero nos hemos comprometido durante un periodo de tiempo (más largo) y podemos decirles: así es como lo conseguiremos", afirmó, refiriéndose a las naciones ricas, entre ellas Estados Unidos y varios países europeos que están ofreciendo 12.000 millones de dólares en financiación, en su mayoría préstamos, para la transición energética de Sudáfrica.

Entre las nuevas políticas que dijo que acelerarían las cosas se incluyen la eliminación de los obstáculos burocráticos a las licitaciones privadas existentes, la expropiación de tierras a los agricultores que retrasan la construcción de la red eléctrica y la revalorización de los acuerdos con los proveedores de energía que no se cerraron después de que la guerra de Ucrania disparara los precios de los componentes.

Sudáfrica tiene abundante sol y viento, y el plan financiado en parte por los donantes para desprenderse gradualmente del carbón se considera un caso de prueba para este tipo de ayuda a los países en desarrollo.

"Nos hemos estado moviendo a un ritmo lento, tenemos que ser más agresivos y me comprometo a ello", dijo Ramokgopa.