Francia y Alemania han pedido a la Unión Europea que adopte controles más estrictos sobre los proveedores extranjeros de biocarburante, mientras la UE investiga las acusaciones de fraude en las importaciones procedentes de Asia.

La industria europea del biodiésel se ha quejado de un aumento de las importaciones procedentes de China que, en su opinión, implican suministros declarados como elaborados con aceite y grasa reciclados, pero producidos en realidad con aceite virgen más barato y menos sostenible.

En una nota presentada el jueves en una reunión de ministros de Energía de la UE, Francia, Alemania y los Países Bajos afirmaron que era necesario reforzar los controles en los centros de producción de biocarburantes "en cualquier lugar del mundo".

La certificación de biocombustible extranjero como sostenible debería "rechazarse en caso de denegación de acceso a las instalaciones", decía la nota.

Un diplomático de la UE dijo que en la reunión del jueves no se plantearon objeciones a la propuesta, pero que tampoco se tomó ninguna medida, y que el asunto quedó en manos de la Comisión Europea para su seguimiento.

La Comisión no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

La Comisión está llevando a cabo varias investigaciones sobre las importaciones de biocombustibles, entre ellas una sobre el biodiésel procedente de Indonesia que podría eludir los aranceles de la UE y otra sobre el posible dumping de biodiésel a bajo precio procedente de China.

El biodiésel es uno de los combustibles alternativos promovidos para reducir las emisiones de carbono en el transporte y Europa ha fomentado el uso de aceite reciclado en lugar de aceite vegetal virgen.

Algunos productores estadounidenses también se han quejado de un aumento de los envíos de aceite reciclado procedente de China.

La industria del biodiésel de la UE, que según la Comisión tiene un valor de 31.000 millones de euros (33.600 millones de dólares) al año, ha sido objeto de disputas periódicas con sus socios comerciales, sobre todo por el uso de aceite de palma, que la UE considera causa de deforestación. (1 dólar = 0,9214 euros) (Reportaje de Jan Strupczewski en Bruselas y Gus Trompiz en París; Edición de Richard Chang)