Con un aumento de los precios al consumo en Alemania del 11,6% el mes pasado, su ritmo más rápido desde principios de la década de 1950, Berlín está tratando de frenar un aumento de las facturas de energía que refleja una explosión del precio de mercado del gas natural tras la invasión rusa de Ucrania.

Pero el Bundesbank dijo que el efecto de este llamado "freno" a los precios del gas podría no hacerse visible de inmediato, y de todos modos sólo sería temporal.

"La tasa de inflación podría mantenerse en dos dígitos también más allá del cambio de año", dijo el banco central alemán en su informe mensual.

Añadió que la primera parte del plan del gobierno, que hará que se pague la factura del gas en diciembre, supondría un alivio para los consumidores, pero podría no registrarse en el cálculo oficial de la inflación.

La segunda parte del plan, más significativa, en la que se subvencionará el 80% del consumo de gas de los hogares y de las pequeñas empresas, puede restar un punto porcentual a la inflación.

Pero sólo mientras dure.

"En cuanto expiren los frenos a los precios del gas y la electricidad, el efecto sobre la tasa de inflación se invertirá", dijo el Bundesbank.

El Bundesbank, que es un firme partidario de los esfuerzos del Banco Central Europeo por frenar la inflación mediante una dieta constante de subidas de los tipos de interés, se consoló un poco con los últimos acuerdos salariales en los sectores químico y metalúrgico alemanes.

Los trabajadores de esas industrias aceptaron lo que probablemente resultará ser aumentos salariales por debajo de la inflación a cambio de pagos compensatorios únicos.

"Desde una perspectiva macroeconómica, facilita la vuelta a aumentos salariales más bajos cuando expiren los componentes temporales", dijo el Bundesbank.

"Esto podría reducir el alcance de los efectos de segunda ronda sobre la tasa de inflación, especialmente a medio plazo, y ayudar a garantizar que las actuales tasas de inflación elevadas no se consoliden aún más".

No obstante, advirtió que las demandas sindicales, como el aumento del 10,5% propuesto para los trabajadores del sector público, eran "excepcionalmente elevadas".

El Bundesbank también reiteró su antigua previsión de recesión para el último trimestre de este año y el primero de 2023.