TOPIX INDEX 
La eliminación por parte de China el mes pasado de los aranceles sobre la cebada australiana ha suscitado esperanzas de una relajación de los aranceles sobre el vino, en vigor desde 2021, que han golpeado las exportaciones vinícolas del país.
Las relaciones bilaterales se hundieron en 2020 cuando Australia pidió una investigación sobre los orígenes del COVID-19, lo que desencadenó represalias por parte de Pekín, incluida una serie de restricciones comerciales que perjudicaron a la economía australiana, dependiente de las exportaciones.
China propuso el jueves una "solución en paquete" que vincularía la disputa sobre el vino a las relativas a los aranceles sobre las importaciones australianas de ruedas de ferrocarril, torres eólicas y fregaderos de acero inoxidable chinos, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
Pero el ministro de Agricultura, Murray Watt, dijo el domingo: "Los consideramos asuntos totalmente separados". El gobierno quiere que la disputa sobre el vino "se resuelva de la misma forma que se resolvió la de la cebada: mediante el diálogo", declaró a la Australian Broadcasting Corp.
"Continuaremos con nuestro caso en la OMC (Organización Mundial del Comercio) cuando se trate del vino y seguiremos defendiendo el caso cuando se trate del acero", dijo Watt, refiriéndose a las disputas en curso en el organismo mundial de comercio.
China era el principal mercado de exportación de vino de Australia antes del COVID, con un máximo de 1.200 millones de dólares australianos (770 millones de dólares) en los 12 meses hasta enero de 2020, cuando se produjo la pandemia. En el año transcurrido hasta junio, se habían desplomado a 8,1 millones de dólares australianos (5,2 millones de dólares). (1$ = 1,5526 dólares australianos)
