El Fondo Monetario Internacional (FMI) acogió con satisfacción el viernes las nuevas políticas promulgadas por el banco central del Líbano, pero dijo que seguían siendo necesarias profundas reformas ya que las "perspectivas siguen siendo difíciles e inestables" para el país afectado por la crisis.

El colapso económico del Líbano, que dura ya casi cuatro años, ha costado a la moneda local cerca del 98% de su valor y ha empobrecido a miles de personas, pero las autoridades han tardado en promulgar reformas.

Esa inacción "pesará sobre la economía durante los próximos años", declaró el jefe de la misión del FMI, Ernesto Rigo, en una declaración escrita al término de una visita al Líbano.

"La falta de voluntad política para tomar decisiones difíciles, aunque críticas, para poner en marcha las reformas deja al Líbano con un sector bancario deteriorado, unos servicios públicos inadecuados, unas infraestructuras deterioradas, un empeoramiento de las condiciones de pobreza y desempleo, y una mayor ampliación de la brecha de ingresos", afirmó.

Líbano no ha puesto en marcha un plan para reestructurar su sector bancario y no ha aprobado una ley de control de capitales ni un presupuesto para 2023. El actual proyecto de presupuesto "sigue careciendo de oportunidad y cobertura", dijo el FMI el viernes.

El comunicado afirmaba que el banco central libanés -dirigido ahora por el gobernador en funciones, Wassim Mansouri- había dado "pasos en la buena dirección", como la eliminación gradual de una controvertida plataforma cambiaria y el freno a la financiación monetaria del gobierno.

Afirmó que aún eran necesarios más pasos, incluida la unificación de los diversos tipos de cambio.

El ministro provisional de Finanzas libanés, Youssef Khalil, afirmó que la evaluación del FMI era "acertada" e instó al parlamento a aprobar las leyes de reforma necesarias.