Un operador tailandés de autobuses eléctricos dijo el lunes que había vendido las primeras compensaciones de carbono bajo un nuevo sistema creado por el Acuerdo de París a un grupo suizo de combustibles fósiles, un hito importante para la puesta en marcha del acuerdo climático de las Naciones Unidas de ocho años de duración.

El Acuerdo de París de 2015 permite a los gobiernos y a las empresas compensar parte de sus emisiones de gases de efecto invernadero pagando medidas para reducir los contaminantes climáticos en otros lugares. Esas compensaciones se empaquetan como créditos, cada uno de los cuales equivale a reducir una tonelada métrica de emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Sin embargo, algunos ecologistas critican las compensaciones de carbono, afirmando que permiten que continúe la contaminación cuando el objetivo debería ser erradicarla.

La Fundación KliK de Suiza, que representa a los importadores de combustible, dijo el lunes que había completado la primera compra de 1.916 créditos de carbono de Energy Absolute de Tailandia en diciembre.

"Somos pioneros", declaró a Reuters Chatrapon Sripratum, ejecutivo de Energy Absolute que supervisa el proyecto. "Este mercado experimentará un verdadero auge en el futuro".

Energy Absolute está generando los créditos mediante la puesta en marcha de una flota de hasta 4.000 autobuses eléctricos en Bangkok, en lugar de utilizar vehículos de gasolina.

Sripratum dijo que el precio de venta era de más de 30 dólares por crédito, declinando dar el valor exacto del acuerdo.

Los negociadores del clima tardaron años en acordar las normas para las compensaciones, y muchos de los detalles aún se están elaborando en las negociaciones anuales de la ONU sobre el clima, la última de ellas en la COP28 de Dubai.

Esto significa que Energy Absolute y KliK -y los reguladores de ambos países que deben autorizar el acuerdo en virtud del Acuerdo de París- pueden influir en un mercado incipiente si las normas definitivas de la ONU siguen su ejemplo. Pero también plantea el riesgo de que tengan que revisar retroactivamente su transacción.

"No hay ninguna norma clara que diga cómo hay que hacerlo y, en ese sentido, ser los primeros puede ser una ventaja a largo plazo, pero, al principio, es un trabajo muy duro y también muy costoso", afirmó Marco Berg, director gerente de KliK.

El gobierno suizo forzó la mano de KliK al obligar a los importadores de combustible a compensar un porcentaje cada vez mayor de sus emisiones, ya sea a nivel nacional o internacional mediante créditos conformes con el Acuerdo de París.

KliK ha acordado comprar a Energy Absolute compensaciones por hasta 1,5 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono hasta 2030, lo que representa sólo una parte de los 20 millones de créditos que prevé necesitar comprar para finales de la década, dijo Berg.

Esta cifra contrasta con los aproximadamente 40 millones de toneladas métricas de CO2 que Suiza espera compensar en el extranjero hasta 2030 para cumplir sus objetivos climáticos, según declaró a Reuters la Oficina Federal Suiza de Medio Ambiente. (Reportaje de Jake Spring en Dubai Edición de Mark Potter)