Se calcula que cientos de personas han muerto en la empobrecida región después de que el ciclón Mocha derribara el domingo casas, torres de comunicación y puentes con vientos de hasta 210 kph (130 mph) y provocara una marejada que inundó Sittwe, la capital del estado.

Los residentes contactados por Reuters dijeron que no había llegado ayuda ni siquiera días después de la tormenta y que los voluntarios estaban excavando entre los escombros para buscar a los desaparecidos.

Un residente que declinó ser identificado por razones de seguridad dijo que unas 400 personas habían muerto y que otras más corrían el riesgo de morir "por no tener alimentos, agua purificada y tratamiento de emergencia". No hay ... equipos de búsqueda y rescate".

El estado de Rakhine, con una población de más de tres millones de habitantes, es especialmente vulnerable y alberga a la perseguida minoría musulmana rohingya que los sucesivos gobiernos de Myanmar, predominantemente budista, se han negado a reconocer.

Unos 600.000 rohingya siguen viviendo en el estado, mientras que más de un millón viven en campamentos en expansión en la vecina Bangladesh, tras haber huido de la represión militar de los últimos años. Algunos siguen embarcándose en peligrosos viajes en barco hacia Malasia e Indonesia.

Las agencias de las Naciones Unidas dijeron que seguían esperando luz verde de las autoridades para evaluar y distribuir suministros en las zonas afectadas, algunas de las cuales eran inaccesibles debido a los cuantiosos daños.

"Hemos establecido canales de comunicación con todas las autoridades de Myanmar. Hemos pedido acceso sin restricciones a las comunidades afectadas", declaró Pierre Peron, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, también dijeron que sus peticiones estaban pendientes de aprobación.

"Es importante que los actores humanitarios determinen los daños, las necesidades y proporcionen ayuda inmediata para salvar vidas, sobre todo ahora que se acerca la estación de los monzones", declaró el portavoz del ACNUR, Reuben Lim Wende.

Los medios de comunicación estatales afirmaron el miércoles que el líder de la junta, Min Aung Hlaing, había visitado las zonas afectadas de Bagan, otra región, y se había reunido por separado con un representante del ACNUR para hablar de los esfuerzos de ayuda.

Afirmó que buques y helicópteros militares habían transportado ayuda a Rakhine y que 21 personas, entre ellas personal de las fuerzas de seguridad que realizaban labores de rescate, habían muerto como consecuencia de la tormenta. No fue posible contactar con un portavoz de la junta.

Se esperaba que unos 5,4 millones de personas hubieran estado en la trayectoria de la tormenta, la mayoría de las cuales se consideraban vulnerables.