Pero casi un año después de llegar al poder en marzo de 2022, Boric, de 36 años, está descubriendo ahora los peligros del liderazgo, con votantes como Villegas cada vez más desencantados a medida que la inflación ha mermado el poder adquisitivo de la gente y ha aumentado la delincuencia.

El índice de aprobación del izquierdista moderado se ha reducido a la mitad, pasando de cerca del 50% cuando llegó al poder al 25%, según muestran los datos de la encuestadora Cadem, con muchos chilenos quejándose de su gestión de la economía y diciendo que su gobierno ha sido blando con la delincuencia.

"Hay mucho caos, sobre todo en lo que se refiere a la inseguridad", dijo Villegas, que afirmó que había esperado que él trajera un soplo de aire fresco tras años de líderes políticos a los que calificó de estirados.

"Quería darle una oportunidad a una persona joven, sin los problemas de los políticos mayores", dijo. "Pero no ha hecho las cosas bien".

Las bajas calificaciones de Boric suponen un reto para el líder progresista - y una advertencia para otros izquierdistas regionales - después de que hubiera hecho campaña con planes para sacudir el modelo económico del país orientado al mercado, impulsar reformas mineras y fiscales y reforzar la regulación medioambiental.

Los pasos en falso -y alguna desgracia- han golpeado esos planes.

Su Gabinete, una mezcla de jóvenes reformistas y tecnócratas, se ha enfrentado a las críticas por su falta de experiencia, mientras que una nueva constitución planeada por él fue rechazada abrumadoramente por los votantes. Los recientes indultos de 12 manifestantes condenados por delitos como saqueos y robos durante los disturbios de 2019 cayeron mal en medio de unas estadísticas de delincuencia en aumento.

El país, uno de los más estables de la región históricamente, vio aumentar los asesinatos un 43% en 2022 y los secuestros un 77%, según datos policiales. Chile ha experimentado en los últimos años un repunte de la delincuencia organizada, aparentemente relacionada con el tráfico de drogas.

Eso ha ocurrido junto a un duro telón de fondo económico. La inflación fue del 13% el año pasado, la más alta desde 1991, mientras que la economía del núm. 1 productor mundial de cobre será la única de Sudamérica que se contraiga en 2023, según las proyecciones del Banco Mundial.

ADVERTENCIA PARA LOS IZQUIERDISTAS

La trayectoria de Boric de estrella ascendente a rezagado en las encuestas podría servir de advertencia a otros líderes de izquierda de la región que han ascendido al poder en una nueva "marea rosa".

"La gran lección para otros izquierdistas seguramente es que gobernar es más difícil que estar en la oposición", dijo Nicholas Watson, de la consultora Teneo, añadiendo que los votos moderados "prestados" de Boric se habían evaporado rápidamente al darse cuenta de la realidad.

Los indultos a los manifestantes fueron muy criticados, torpedearon las conversaciones con los legisladores conservadores sobre el establecimiento de un nuevo consejo de seguridad y llevaron al ministro de Justicia y al jefe de gabinete a dimitir. La cámara baja ha anunciado una investigación sobre los indultos. El equipo de Boric afirma que recibió información incompleta sobre las condenas de los presos.

"Creo que (Boric) no ha recibido el mensaje claro de que para la gente hay una crisis de seguridad que es prioritaria", dijo el analista político Kenneth Bunker.

Los portavoces del presidente no respondieron a una solicitud de comentarios, pero Boric ha reconocido en repetidas ocasiones que su administración ha cometido errores. Durante una conferencia de prensa en la que anunció la dimisión del ministro de Justicia, Boric dijo que el gobierno estaba decidido a "reforzar la gestión política".

"Cuando ocurren situaciones como éstas en política, tenemos que asumir la responsabilidad", dijo Boric, añadiendo que los miembros de su gobierno deben asumir los errores.

En su intento por atraer a los inversores y a los votantes centristas, Boric ha moderado algunas de sus posturas iniciales, como la de rebajar su promesa electoral de "enterrar" el modelo económico chileno orientado al mercado y la de nombrar ministro de Economía a un antiguo jefe del Banco Central.

Eso ha desilusionado a sus principales partidarios de izquierdas.

"A veces parece que está gobernando sólo para que la derecha no se enfade", dijo Gastón Gómez, diseñador de 46 años y votante de Boric.