La LME prohibió el sábado en su sistema el metal ruso producido a partir del 13 de abril para cumplir con las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos y Reino Unido por la invasión rusa de Ucrania.

Los productores rusos pueden seguir vendiendo metal a los mercados de fuera del Reino Unido y EE.UU., por lo que "desde una perspectiva fundamental, estos ajustes de las reglas centrados en el intercambio no generarán un choque necesario entre la oferta y la demanda", dijo el banco.

Los cambios de la LME acabarán con el suministro futuro de metal ruso de nueva producción y podrían disminuir la "pegajosidad" de los metales que actualmente se mantienen en la bolsa, y deberían proporcionar al menos alguna mejora marginal en la demanda de material no ruso, añadió el banco.

Sin embargo, la perturbación de los suministros rusos debida a las sanciones occidentales durante los dos últimos años ha contribuido a una acumulación de metales rusos no deseados en la LME, distorsionando los diferenciales frontales. El aumento de la liquidez en el metal ruso actualmente en cartera podría atraer un mayor apetito por cancelar estas unidades, en particular para el cobre, dijo el banco.

"Manténgase largo en cobre y aluminio", escribieron los analistas, al tiempo que esperan una fase de reflación con una extensión estructural en los mercados "alcistas" para estos dos metales.

Sin embargo, anticipan que un superávit continuado en el mercado del níquel limitará la sostenibilidad de cualquier subida.