El gigante minero Nornickel cerrará su planta de cobre que pretende reducir las emisiones de dióxido de azufre en el Ártico ruso y construirá una nueva en China, según ha declarado su director general, Vladimir Potanin, después de que los socios tecnológicos occidentales se negaran a suministrarle piezas.

Nornickel, el mayor productor mundial de paladio y un importante productor de níquel de alta calidad,

puso en marcha

en octubre un proyecto multimillonario destinado a reducir las emisiones de dióxido de azufre en un 45% en Norilsk, la ciudad más contaminada de Rusia, mediante un complejo programa de captura.

Nornickel, aunque no está directamente afectada por las sanciones occidentales por las acciones de Moscú en Ucrania, ha cambiado varias veces el calendario, el coste y la configuración del programa, destacando en particular los problemas por la negativa de los proveedores extranjeros a suministrar a Rusia.

Potanin, en una entrevista con la agencia de noticias Interfax publicada el lunes, dijo que Nornickel crearía una empresa conjunta en China para construir la nueva planta, que debería estar construida a mediados de 2027 y acercaría a Nornickel a sus consumidores.

Potanin dijo que se había aparcado un proyecto conjunto con el grupo químico alemán BASF en Finlandia. (Reportaje de Anastasia Lyrchikova; Redacción de Alexander Marrow, Edición de Louise Heavens)