Una misión del FMI y funcionarios zambianos completaron con éxito una primera revisión del programa, según el comunicado. Pero la liberación de unos 188 millones de dólares -el segundo desembolso del préstamo- está sujeta a la aprobación de la revisión por parte del Directorio Ejecutivo del FMI.
La Junta estudiará la revisión "una vez que se hayan recibido las garantías de financiación necesarias", declaró en el comunicado Allison Holland, jefa de la misión del FMI para Zambia.
"Un acuerdo con los acreedores oficiales sobre un tratamiento de la deuda acorde con los parámetros del programa proporcionaría las garantías de financiación necesarias", añadió.
En 2020, Zambia fue el primer país africano en incurrir en impago en la era COVID-19 y ha luchado por terminar de reestructurar una deuda externa que alcanzó los 18.600 millones de dólares a finales del año pasado.
Muchos funcionarios occidentales han culpado al mayor acreedor bilateral, China, de los retrasos, algo que Pekín niega.
El ministro de Finanzas de Zambia, Situmbeko Musokotwane, afirmó que su país no tenía la culpa de los retrasos en el proceso y declaró a Reuters en una entrevista que estaba siendo "castigado".
El FMI elogió al gobierno de Zambia por haber cumplido todos sus objetivos y compromisos políticos, señalando que una recaudación de impuestos mineros inferior a la esperada se había visto compensada por mayores ingresos fiscales en otros sectores.
"Los resultados fiscales han sido muy sólidos. El gasto se ha mantenido dentro de los límites presupuestarios y, lo que es más importante, el gasto social ha aumentado de acuerdo con los objetivos del gobierno", declaró Holland.
Pero, dijo, los bajos precios del cobre, las perturbaciones económicas relacionadas con el clima y los retrasos en la reestructuración de la deuda plantean riesgos.
"Más retrasos (en el tratamiento de la deuda) suponen un riesgo de empeoramiento de las perspectivas para Zambia, retrasando su vuelta a un crecimiento sostenible y reduciendo su capacidad de reembolso", afirmó.
