El recorte del tipo del banco central (CBR) al 9,5% desde el 10,0% se produjo después de que la inflación cayera al 3,9% interanual en julio, por debajo del 10,4% de enero y del objetivo del 5% fijado por el banco.
A la economía de Uganda le ha ido mejor que a muchos de sus homólogos africanos ante el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, ayudada por una climatología favorable y la mejora de las cosechas, pero el banco central declaró el martes que el crecimiento parecía estar ralentizándose en parte debido a la debilidad de la demanda.
"El hecho de que la actividad económica se mantenga por debajo de su capacidad durante los próximos dos años ejercerá una mayor presión a la baja sobre la inflación", declaró el vicegobernador del Banco de Uganda, Michael Atingi-Ego, en una conferencia de prensa.
"A la luz de estas perspectivas, el MPC (Comité de Política Monetaria) decidió rebajar el CBR al 9,5%, con el objetivo de estimular la actividad económica y mantener al mismo tiempo la inflación en torno al objetivo".
El vicegobernador vinculó la ralentización de la inflación a una caída de la inflación de los alimentos y la energía, y a una política monetaria y fiscal restrictiva, entre otros factores.
Razia Khan, economista jefe para África y Oriente Medio de Standard Chartered, dijo que el Banco de Uganda solía adelantarse a las subidas de tipos, "lo que le da más espacio para relajarlos cuando las condiciones lo permitan."
La última previsión del banco central es de un crecimiento económico del 5,3% en el año fiscal 2022/23 que finalizó en junio, y de un crecimiento de entre el 5 y el 6% en el actual 2023/24.
"Se prevé que el consumo privado, las inversiones en las industrias extractivas y la mejora de las exportaciones impulsen este crecimiento (2023/24)", declaró Atingi-Ego.
Uganda y empresas petroleras internacionales como la francesa TotalEnergies y la china CNOOC están llevando a cabo proyectos multimillonarios antes del inicio previsto de la producción comercial de petróleo en Uganda en 2025.