La empresa energética estatal uruguaya Ancap está a punto de acordar los términos definitivos para un número récord de siete licencias de exploración en alta mar el próximo mes, dijo un alto ejecutivo a Reuters, mientras el mercado fronterizo atrae las apuestas de actores globales como Shell.

Hasta la fecha no se ha encontrado petróleo ni gas en aguas uruguayas, pero las licencias han suscitado, no obstante, un tímido interés por parte de las grandes empresas energéticas, ya que los recientes descubrimientos en Namibia, en el lado directamente opuesto del Atlántico, han avivado las esperanzas de hallazgos similares frente a Sudamérica.

"Los geólogos creen que hace 120 millones de años Namibia estaba unida a Uruguay, antes de la ruptura entre África y Sudamérica", dijo Santiago Ferro, que supervisa la transición energética en Ancap, que participa en el proceso de concesión de licencias.

"Así que comparten la misma historia geológica, como una imagen especular".

Uruguay sigue siendo "frontera, exploración salvaje", admitió Ferro, pero dijo que el potencial podría ser significativo.

"Si se hacen un par de descubrimientos, no sería una sorpresa que los recursos recuperables sean de miles de millones de BOE (barriles equivalentes de petróleo)", dijo, añadiendo que era probable que cualquier hallazgo energético tuviera más peso hacia el gas que en Namibia.

Ferro dijo que por primera vez los siete bloques offshore -que se encuentran a unos 100-300 kilómetros (62-186 millas) de la costa uruguaya- contarán con firmas internacionales que realizarán trabajos de exploración. Dijo que los contratos se finalizarán con Ancap a mediados de octubre, un plazo que no se había divulgado anteriormente.

Shell, la argentina YPF y APA Corp, con sede en Houston, figuran entre las empresas adjudicatarias de las licencias.

Ancap calcula que el potencial de petróleo y gas existente es de unos 20.000 millones de barriles.

"Si hay un descubrimiento, Uruguay puede empezar a estimar objetivos de producción", dijo Ferro. Ancap espera que el primer pozo exploratorio offshore de esta ronda de licencias se perfore antes de finales de 2027.

ES DE ALTO RIESGO, PERO ESO ES LO QUE PERSIGUEN LAS EMPRESAS

Durante décadas Uruguay ha intentado encontrar petróleo. Sus subastas anteriores han atraído a líderes del sector como BP y TotalEnergies, pero sólo se han encontrado pozos secos. El país sudamericano importa todo el petróleo y el gas que necesita mediante compras en el mercado al contado, y no tiene reservas probadas.

Aunque el grupo de empresas a las que se han concedido licencias esta vez es nuevo, el nivel de inversión previsto en exploración sigue siendo pequeño, con 127 millones de dólares comprometidos hasta ahora. Ancap espera atraer otros 200 millones de dólares en los próximos seis años.

Los analistas señalan una disparidad entre el nivel de entusiasmo por el potencial petrolífero en alta mar de América Latina y los descubrimientos reales. Sólo Brasil, Guyana y Surinam han tenido un éxito comercial sólido en las últimas décadas.

"Uruguay nunca ha producido un descubrimiento comercial", dijo Andrés Armijos, jefe de investigación para América Latina de la consultora energética Welligence. "Desde el punto de vista del petróleo y el gas, es de alto riesgo, pero eso es lo que persiguen las empresas".

A la empresa británica Challenger Energy se le adjudicaron dos de las siete licencias en Uruguay, tras los infructuosos proyectos de exploración en Bahamas y Trinidad y Tobago.

El director ejecutivo de Challenger, Eytan Uliel, dijo a Reuters desde Londres que el gobierno uruguayo estaba "extremadamente comprometido y apoyaba", aunque advirtió que las cosas estaban "en las primeras etapas". Sin embargo, los hallazgos de Namibia habían aumentado las posibilidades de encontrar petróleo, afirmó.

El siguiente paso es evaluar las zonas revisando los datos sísmicos recogidos hasta ahora para establecer la ubicación de los pozos. La perforación podría comenzar tan pronto como en 2026, según Challenger.

"Tenemos kilómetros de datos sísmicos, que se remontan a la década de 1970. Utilizando tecnología moderna, podemos crear una imagen diferente de lo que hay allí", añadió Uliel. (Reportaje de Lucinda Elliott; Edición de Marianna Parraga y Rosalba O'Brien)