El Banco de Japón, que inició esta semana su primera reunión de 2024, dio la señal más clara hasta la fecha de que se aproxima el final de su política de tipos de interés negativos que lleva años aplicando.

En una reunión informativa tras mantener la política ultra laxa el martes, el gobernador Kazuo Ueda dijo que la posibilidad de alcanzar de forma sostenible el objetivo de inflación del 2% del banco central estaba aumentando.

Ueda señaló señales alentadoras en los precios del sector servicios y en los salarios que aumentaron la convicción del BOJ de que se están dando las condiciones para retirar gradualmente la política ultra laxa.

Muchos agentes del mercado esperan que los tipos negativos, en vigor desde 2016, finalicen este año y consideran que el momento más probable será en la reunión del 18-19 de marzo o en la próxima del 25-26 de abril.

A continuación se presentan los factores clave que podrían afectar al calendario del fin de los tipos negativos y los posibles escenarios de una salida:

¿CUÁLES SON LAS SEÑALES CLAVE?

El Banco de Japón añadió una nueva frase en su informe trimestral de perspectivas según la cual la probabilidad de alcanzar el 2% de inflación "seguía aumentando gradualmente". Aunque Ueda había hecho comentarios similares recientemente, incluirlo en el informe supuso un gran salto para el habitualmente cauto BOJ, ya que muestra que la junta es ahora unánime en su opinión de que las condiciones para reducir los estímulos se estaban dando.

El BOJ ya prevé que la inflación tendencial se mantenga cerca del 2% en 2024 y 2025. Pero quiere contener el fuego hasta que esté convencido de que los salarios y la inflación de los servicios aumentarían lo suficiente como para alcanzar la previsión.

Eso significa que cualquier indicio sobre el calendario de salida vendría a través de cambios sutiles en el matiz o el tono de los comentarios públicos de los responsables políticos del BOJ sobre las perspectivas de alcanzar de forma duradera una inflación del 2%.

El BOJ tiende a utilizar seminarios y discursos preestablecidos, más que las comparecencias de Ueda en el parlamento, para emitir señales clave sobre política monetaria.

¿CUÁNDO PODRÍA ACTUAR EL BOJ?

Las negociaciones salariales anuales de las grandes empresas con los sindicatos concluyen a mediados de marzo, lo que marca el rumbo de las conversaciones de las empresas más pequeñas y determina si las subidas salariales se generalizan. Utilizando sus sucursales en todo el país, el BOJ también está llevando a cabo audiencias en empresas regionales para calibrar las perspectivas salariales.

Eso daría al BOJ pruebas suficientes para justificar el fin de los tipos negativos en marzo. El BOJ suele programar los grandes cambios de política en las reuniones en las que emite un informe trimestral de perspectivas, que son en enero, abril, julio y octubre. Pero Ueda no cerró la posibilidad de romper con esa tradición, dejando la puerta abierta a una acción en marzo.

De todos modos, abril es la opción más natural, ya que el BOJ presentaría por primera vez las previsiones de crecimiento y precios para 2026. Al pronosticar que la inflación alcanzará el 2% hasta 2026, podrá justificar más fácilmente el fin de los tipos negativos. Un gran cambio de política en marzo también podría inquietar a muchas empresas japonesas que cierran sus libros a finales de ese mes.

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS QUE PODRÍAN RETRASAR UNA SALIDA?

Ueda no dio pistas claras sobre si el Banco de Japón actuaría efectivamente en marzo o abril, lo que sugiere que los responsables políticos prefieren tener cierto margen para retrasar la medida si las incertidumbres económicas siguen siendo elevadas.

Mientras aumentan las posibilidades de un aterrizaje suave de la economía estadounidense, el Banco de Japón sigue advirtiendo de que la incertidumbre sobre el crecimiento exterior sigue siendo elevada. Una caída mayor de lo esperado del crecimiento estadounidense y chino podría perjudicar a la economía japonesa, dependiente de las exportaciones, y empujar al BOJ a retrasar una salida.

Los recientes signos de debilidad en el consumo también ponen de relieve el riesgo de que los hogares empiecen a frenar el gasto si los salarios no aumentan lo suficiente como para compensar el aumento del coste de la vida.

¿QUÉ OCURRIRÁ CUANDO Y DESPUÉS DE QUE FINALICEN LOS TIPOS DE INTERÉS NEGATIVOS?

Desde que tomó el timón el año pasado, Ueda ha ido deshaciendo gradualmente el estímulo masivo de su predecesor, compuesto por un objetivo de tipos a corto plazo del -0,1%, un tope del 0% en el bono a 10 años fijado bajo el control de la curva de rendimientos (YCC) y compras masivas de activos.

Tras haber suavizado el YCC el año pasado, el Banco de Japón tiene ahora la vista puesta en sacar los tipos a corto plazo de territorio negativo.

Ueda afirmó que el BOJ mantendrá la política monetaria ultra laxa incluso después de poner fin a los tipos negativos. Eso significa que el BOJ podría mantener los tipos a corto plazo en cero durante un periodo prolongado, y sólo subirlos gradualmente al salir de los tipos negativos.

También podría mantener el YCC o seguir comprando suficientes bonos para evitar cualquier repunte brusco de los tipos de interés a largo plazo. Este enfoque gradual permitiría al Banco de Japón gestionar mejor, y mitigar, los riesgos de convulsión del mercado ante la que será su primera subida de tipos desde 2007.