La Norma de Combustibles Renovables, promulgada a mediados de la década de 2000, ordena la cantidad de biocombustibles como el metano de vertedero o agrícola que las refinerías de petróleo deben mezclar en la mezcla de combustibles de la nación, o comprar créditos comercializables -conocidos como RIN- de aquellos que lo hacen.

La norma ha sido durante mucho tiempo un campo de batalla entre los poderosos grupos de presión del petróleo y del maíz. La propuesta de noviembre de la administración Biden haría posible que los vehículos eléctricos cargados con energía generada por biocombustibles recibieran créditos. La propuesta aumentaría los beneficios para los fabricantes de vehículos eléctricos como Tesla.

Añadir la industria de los vehículos eléctricos a la norma introducirá un nuevo conjunto de partes interesadas en una situación ya de por sí difícil de manejar. Estados Unidos lleva años utilizando créditos de biocombustibles para reducir las emisiones de carbono, pero su efecto ha sido poco claro.

La Agencia de Protección Medioambiental (EPA), que administra el programa, examinará los comentarios de las partes interesadas en 2023 para finalizar una norma. Deben finalizar las obligaciones propuestas para mediados de junio. No está claro si la EPA modificará la propuesta.

El sector del transporte es responsable de aproximadamente una cuarta parte de los gases de efecto invernadero del país, y la propuesta de mezcla de biocombustibles llega en un momento en el que la administración del presidente Joe Biden está presionando a favor de fuentes de energía menos contaminantes.

"(La EPA) también debe mantenerse fiel al legado del RFS como programa de combustibles líquidos -no de vehículos eléctricos- rechazando otra subvención reguladora masiva para los fabricantes de vehículos eléctricos", declaró el mes pasado Geoff Moody, ejecutivo del grupo comercial de refinerías American Fuel and Petrochemical Manufacturers.

La industria petrolera cree que los mandatos del RFS son caros y amenazan con dejar fuera del negocio a las refinerías de petróleo y a sus obreros. A los grupos del maíz y los biocombustibles les gustan los mandatos, ya que aumentan la demanda de sus productos.

La Alliance for Automotive Innovation, un grupo comercial de fabricantes de automóviles, dijo que apoya un programa de "e-RINs".

El Consejo Americano del Biogás también alabó la propuesta, afirmando que contribuirá a descarbonizar el transporte y a aumentar el reciclaje de materiales orgánicos, especialmente de pequeñas ciudades, granjas y procesadores de alimentos.