UPSOT

Larisa, de Pokrov, dice que el precio del azúcar y la sal está subiendo.

Enfrentándose a su crisis económica más grave desde hace más de 20 años, Moscú ha estado diciendo a los ciudadanos que no hay falta de alimentos y les ha instado a no comprar productos básicos por pánico.

Pero para algunos, eso ha caído en saco roto.

Una residente, Svetlana, compró más de 6 kilos de azúcar en la ciudad de Vladimir, a una hora de distancia, para asegurarse de poder conservar las bayas que recogerá este verano.

Dice que la gente tiene miedo de que el precio suba.

Al visitar cuatro tiendas locales, Reuters no pudo encontrar azúcar a la venta.

Los estantes donde antes se encontraba estaban vacíos o llenos de otros productos.

En otro signo de los tiempos, un McDonalds cerrado.

Sólo una de las docenas de empresas occidentales que ha detenido sus operaciones Rusia.

UPSOT

La pensionista Antonina dice que su pensión estatal era suficiente para cubrir sus necesidades básicas, pero que espera tener que cambiar sus hábitos alimenticios.

Dice que probablemente no podrá comprar fruta durante algún tiempo.

Para Larisa, no es más que el último contratiempo tras muchos periodos de incertidumbre.

"Nací en la época soviética, luego vino la Perestroika, después los años 90, los cupones de comida. Lo superamos todo".