Corea del Norte lanzó el miércoles tres misiles, incluido su mayor misil balístico intercontinental (ICBM), el HS-17, lo que provocó simulacros de fuego real por parte de Estados Unidos y Corea del Sur y un renovado impulso a nuevas sanciones de la ONU.

El raro lanzamiento casi simultáneo de varios tipos de misiles se produjo en medio del primer brote confirmado de COVID-19 en el país, que según las agencias de la ONU podría provocar una crisis devastadora para sus 25 millones de habitantes.

Las pruebas demuestran que el Norte está decidido a realizar progresos técnicos en sus programas de armamento, según los analistas. Pero los medios de comunicación estatales de Corea del Norte, que en otras ocasiones pregonan los lanzamientos exitosos y la evolución de la capacidad nuclear y de misiles del país, han guardado un silencio inusual.

"Como el Norte también se está preparando para una nueva prueba nuclear, los medios de comunicación estatales podrían estar esperando a maximizar su efecto propagandístico absteniéndose de dar publicidad a las pruebas de misiles que ya fueron desveladas", dijo Cheong Seong-chang, director del centro de estudios sobre Corea del Norte del Instituto Sejong en Corea del Sur.

Las recientes pruebas no siempre han tenido éxito. Corea del Sur dijo que el segundo de los tres misiles disparados el miércoles, que se cree que es un misil balístico de corto alcance (SRBM), falló en pleno vuelo.

"Es posible que se trate puramente de un progreso técnico y, en el caso de los presuntos KN-23, de obtener una mayor experiencia operativa", dijo Ankit Panda, miembro del Carnegie Endowment for International Peace, con sede en Estados Unidos.

El viceconsejero de seguridad nacional de Corea del Sur, Kim Tae-hyo, dijo que la prueba del ICBM parecía tener como objetivo comprobar los sistemas de separación de etapas y de propulsión del misil, así como su rendimiento general, mientras que el lanzamiento del SRBM podría haber sido para mejorar su capacidad de lanzamiento nuclear.

También dijo que hay indicios de que Corea del Norte podría haber llevado a cabo múltiples experimentos con un dispositivo de detonación en preparación de lo que sería su primer ensayo nuclear desde 2017, aunque es poco probable que la prueba se produzca en los próximos días.

"Los programas nucleares de Corea del Norte siguen evolucionando", dijo Kim a los periodistas el miércoles. "Puede que el progreso no muestre un ascenso vertical, pero hay que hacer constantes comprobaciones y mejoras".

"Por eso son importantes las sanciones, y frenar o ralentizar ese progreso es nuestra tarea", añadió.

Panda señaló la ausencia de cobertura en el Rodong Sinmun, el periódico oficial del Norte que sirve como su principal máquina de propaganda interna, lo que podría sugerir que Pyongyang no buscaba ningún "beneficio propagandístico interno" de esas pruebas.

Cheong, del Instituto Sejong, dijo que el silencio de los medios de comunicación estatales también podría tener como objetivo minimizar las quejas de China y facilitar su ayuda a la COVID.

Corea del Norte no ha respondido a las ofertas de Corea del Sur y de Estados Unidos de vacunas y suministros médicos para el COVID, pero está recibiendo la ayuda de China, dijo la agencia de inteligencia de Seúl a los legisladores la semana pasada.

"Corea del Norte necesitaba desesperadamente la ayuda de China para hacer frente a la ola de COVID y no querría incomodarles", dijo Cheong.