"Nuestras cuotas... serán más bajas, lo que nos permitirá liberar una media de 150-200 millones de dólares al mes", declaró a la prensa José de Lima Massano, secretario de Estado de Coordinación Económica, al término de un viaje a China con el presidente de Angola, Joao Lourenco.

El país petrolero debe a los acreedores chinos cerca de 17.000 millones de dólares, dijo Lourenco durante el viaje, casi el 40% de su deuda externa. Los pagos de su deuda se dispararon el año pasado tras el fin de un acuerdo de suspensión del servicio de la deuda con los prestamistas chinos, lo que contribuyó al debilitamiento de su moneda y al aumento de la inflación.

Se modificará la "mecánica de reembolso" de los préstamos al BDC, pero no el calendario, dijo Massano, en comentarios difundidos por los medios de comunicación angoleños.

Angola espera devolver al BDC 3.100 millones de dólares en amortizaciones de préstamos en 2024, según el plan anual de deuda del gobierno. En total, prevé pagos de 10.100 millones de dólares a acreedores externos este año.

El país del sur de África dispone de 2.500 millones de dólares en cuentas de garantía bloqueadas para reembolsar a los acreedores chinos, según indicó el mes pasado la agencia de calificación crediticia S&P Global Ratings. En 2022, S&P estimó que el 80% de la deuda con China correspondía a préstamos respaldados por el petróleo.

"Algunos de los proyectos (financiados por China) se encuentran en una fase en la que se necesita un periodo más largo para los reembolsos", dijo Massano. "Estos periodos se han ampliado, lo que significa que podemos seguir llevando a cabo los proyectos con la seguridad de disponer de los fondos para pagar a los contratistas".

Añadió que Angola no había dejado de pagar ningún préstamo chino, lo que fomentaba la confianza entre ambas partes.