Sin embargo, los retos fiscales se ciernen con fuerza, con los precios de los recursos muy lejos de sus máximos y la economía nacional ralentizándose gracias a los altos tipos de interés.

El presupuesto pronosticará un pequeño superávit de unos 4.000 millones de dólares australianos (2.710 millones de dólares estadounidenses) para el ejercicio fiscal que finaliza en junio, y déficits menores para los años siguientes en comparación con las previsiones anteriores, según extractos vistos por Reuters el lunes.

Se trata de un enorme cambio de rumbo respecto al déficit previsto de 36.900 millones de dólares australianos en octubre, aunque se considera que las presiones estructurales subyacentes mantendrán el presupuesto en números rojos en los próximos años.

El gobierno laborista de centro-izquierda ha anunciado 14.600 millones de dólares australianos en desgravaciones por el coste de la vida, que el tesorero Jim Chalmers promete que no empeorarán la inflación mientras el banco central sube los tipos para mantener bajo control la subida de precios.

"Éste será un Presupuesto responsable, que se centra en la gente que lo está pasando mal", dijo Chalmers en una entrevista con ABC Radio el lunes.

"Nuestra motivación en todo momento ha sido intentar aliviar la presión sobre el coste de la vida, en lugar de añadir estas presiones inflacionistas al Presupuesto".

El Gobierno también reservará 11.300 millones de dólares australianos para aumentos salariales de los trabajadores de la asistencia a la tercera edad y ampliará las ayudas económicas a las familias monoparentales, al tiempo que destinará la mayor parte del ahorro a dotar al presupuesto de una base más sostenible.

Para aumentar los ingresos, también elevará el impuesto que paga la industria del gas natural licuado en alta mar, una medida que debería incrementar los ingresos en 2.400 millones de dólares australianos durante los próximos cuatro ejercicios fiscales, y aumentará el impuesto sobre el tabaco en un 5% anual durante los próximos tres años.

El gasto en defensa va a experimentar el mayor incremento desde la Segunda Guerra Mundial, en medio de planes para gastar 368.000 millones de dólares australianos hasta la década de 2050 en submarinos de propulsión nuclear del Reino Unido y Estados Unidos.

El gobierno también va a pronosticar una tasa de desempleo inferior a la prevista anteriormente, y se espera que los salarios reales vuelvan a registrar un crecimiento positivo antes de lo previsto.

El anterior gobierno nacional liberal se hizo tazas en 2019 cuando estuvo a punto de lograr un superávit, sólo para que el gasto de emergencia por la pandemia hiciera un agujero sin precedentes en las cuentas.

(1 dólar = 1,4758 dólares australianos)