El Boeing 777 volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur el 17 de julio de 2014, cuando fue alcanzado sobre el este de Ucrania, controlado por los rebeldes, por lo que los investigadores y fiscales internacionales dicen que fue un misil tierra-aire de fabricación rusa, matando a los 298 que iban a bordo.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que Rusia era responsable según el derecho internacional y que llevar el asunto a la Organización de Aviación Civil Internacional de la ONU sería un paso adelante en la lucha por las víctimas, entre ellas 38 australianos.

El gobierno holandés dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU también había sido informado del paso.

"La muerte de 298 civiles, entre ellos 196 holandeses, no puede ni debe quedar sin consecuencias. Los acontecimientos actuales en Ucrania subrayan la importancia vital de esto", dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Wopke Hoekstra, en un comunicado.

El inusual procedimiento se enmarca en un artículo de la Convención de Chicago de la OACI diseñado para proteger a los aviones civiles de los disparos de armas. Se añadió en 1984 tras el derribo de un avión de pasajeros surcoreano por cazas soviéticos el año anterior.

La medida de la ONU es independiente de un juicio por asesinato en Holanda contra cuatro sospechosos por su responsabilidad penal individual.

REPARACIONES

Australia dijo que buscaba una reparación completa por parte de Rusia por el daño causado, y la suspensión del poder de voto de Rusia en la OACI, que establece las normas para los viajes aéreos civiles.

Aunque no tiene poder regulador, la OACI, con sede en Montreal, se sitúa en el centro de un sistema mundial de seguridad aérea que opera por encima de las barreras políticas. Su procedimiento de disputas sólo se ha utilizado en cinco ocasiones, según la página web de la agencia.

Morrison dijo que la "invasión no provocada e injustificada de Rusia en Ucrania", que comenzó el mes pasado, ponía de manifiesto la necesidad de responsabilizar a Rusia por lo que describió como una "flagrante violación del derecho internacional".

Australia y los Países Bajos dijeron que se basarían en las pruebas de que el MH17 fue derribado por un sistema ruso de misiles tierra-aire transportado desde Rusia bajo el control de los separatistas respaldados por Rusia y devuelto a este país tras el derribo.

Moscú, que describe sus acciones en Ucrania como una "operación especial", siempre ha negado su implicación en el MH17 y ha promovido una serie de teorías alternativas, que los investigadores internacionales han rechazado por no estar respaldadas por pruebas.

NEGOCIACIONES

Aunque el resultado en la OACI es incierto, los expertos dijeron que la medida puede ser vista como una forma más de forzar a Rusia a negociar sobre el incidente, aunque siga negando cualquier implicación.

En casos anteriores, una discusión formal en la OACI también se ha visto como un paso hacia la presentación de una demanda en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, como hizo Irán contra Estados Unidos en 1989 por el derribo del vuelo 655 de IranAir en 1988.

La ministra de Asuntos Exteriores australiana, Marise Payne, dijo el lunes que Australia y los Países Bajos habían mantenido negociaciones con Rusia de buena fe, pero que Rusia se había retirado unilateralmente en 2020.

Los Países Bajos dijeron el año pasado que querían que Rusia volviera a la mesa de negociaciones, pero no excluyeron acciones legales.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia no hizo ningún comentario al respecto.

Se espera un veredicto en el juicio por asesinato, en el que están implicados tres rusos y un ucraniano que siguen en libertad, a finales de este año. Ninguno de los acusados ha acudido al tribunal holandés.