El gobierno belga tiene previsto publicar en unos días un real decreto que endurece la calidad de las exportaciones de carburantes de automoción, y se espera que la nueva normativa entre en vigor al cabo de tres meses, según informó el ministerio de Energía.

El decreto, que pretende endurecer las especificaciones mínimas de las exportaciones de combustible principalmente a África Occidental, es un reflejo de una medida similar adoptada el año pasado en los Países Bajos para poner fin al comercio, históricamente lucrativo, de gasolina y gasóleo con especificaciones menos estrictas procedentes de Ámsterdam-Rotterdam-Amberes (ARA).

Ya firmado, el decreto se publicará dentro de unos días, y sus obligaciones entrarán en vigor tres meses después, según declaró a Reuters un portavoz de la ministra belga de Medio Ambiente, Zakia Khattabi.

El decreto fue una iniciativa de Khattabi, llevada a cabo en colaboración con los ministerios de Energía y Salud Pública.

"Esta prohibición se dirige a las compañías petroleras que, principalmente desde el puerto de Amberes, exportan a todo el mundo carburantes con un contenido excesivamente alto de azufre o benceno", declaró el ministerio de Medio Ambiente en un comunicado.

"Se trata de combustibles prohibidos desde hace tiempo en Europa por sus efectos nocivos para la salud pública y el medio ambiente".

La pérdida del principal centro de mezcla y almacenamiento del noroeste de Europa para la exportación de combustibles refinados a África Occidental crea un quebradero de cabeza logístico para refinadores y comerciantes sobre qué hacer con el exceso estructural de oferta de combustible de baja calidad y más barato que no estaría permitido en los mercados locales. (Reportaje de Ahmad Ghaddar y Robert Harvey; Edición de Clarence Fernandez)