Mantener estables los precios de los combustibles, actualmente 3,74 bolivianos (0,5452 dólares) por litro para la gasolina y 3,72 bolivianos por litro para el gasóleo, costó a Bolivia 1.700 millones de dólares sólo el año pasado, según datos de la petrolera estatal YPFB.

La proliferación del combustible subvencionado en el mercado negro y su uso en la minería ilegal y el narcotráfico, "está desangrando la economía boliviana", dijo el jueves en rueda de prensa el ministro de Hidrocarburos de la nación, Franklin Molina. "La subvención la pagamos todos", dijo.

El gobierno está pidiendo a las fuerzas armadas, la policía, la aduana y el personal de YPFB que refuercen la vigilancia, una medida destinada a evitar la escasez de combustible en la próxima temporada agrícola en la región de Santa Cruz, la mayor productora de alimentos de la nación andina.

Bolivia se ha comprometido a proteger su modelo económico de gran dependencia de las subvenciones a pesar de los riesgos de déficit y planea un impulso "agresivo" en la exploración de gas, según declaró el ministro de Economía a Reuters a finales de diciembre.

La nación sin salida al mar es un productor clave de gas y subvenciona el sector para frenar los precios del combustible, así como la producción de bienes y servicios. Esto ha ayudado a controlar la inflación.

(1$ = 6,8600 bolivianos)