El Gobierno canadiense, tratando de defender su emblemático impuesto sobre el carbono de los ataques de la oposición, anunció el miércoles una nueva estrategia de marca para subrayar que la política significa que la mayoría de la gente recibe reembolsos.

El impuesto sobre los combustibles fósiles, en vigor desde 2019, pretende acelerar el cambio a las energías limpias. Los canadienses reciben reembolsos trimestrales para que la medida sea neutral desde el punto de vista de los ingresos, pero los funcionarios admiten que este hecho es poco comprendido.

A partir de ahora, los pagos se denominarán Reembolso Canadiense del Carbono en lugar de Pago de Incentivo a la Acción Climática.

"El nombre anterior era un poco difícil de entender, incluso de recordar para mucha gente. Esto probablemente lo hará más fácil", declaró a la prensa el ministro de Medio Ambiente, Steven Guilbeault.

Ottawa afirma que el 80% de los canadienses reciben de los reembolsos más de lo que gastan en combustibles fósiles.

Las encuestas muestran que los liberales en el poder están muy por detrás de los conservadores de la oposición oficial, que han prometido "eliminar el impuesto" con el argumento de que encarece la vida.

El pasado mes de octubre, el primer ministro Justin Trudeau ofreció una exención de tres años para el gasóleo de calefacción bajo la presión de los legisladores liberales de la costa atlántica.

La primera ministra de Alberta, la principal provincia productora de petróleo de Canadá y frecuente crítica de Trudeau, calificó el desmarque de "acto de desesperación" y tachó de fracaso el impuesto sobre el carbono.

"Ningún 'rebrand' salvará al gobierno federal de sus menguantes números en las encuestas", dijo en un comunicado la primera ministra conservadora de Alberta, Danielle Smith. (Reportaje de David Ljunggren en Ottawa y Nia Williams en la Columbia Británica; edición de Diane Craft)