Senegal se ha visto sacudido por violentas protestas por una serie de cuestiones, entre ellas el temor de los partidos de la oposición a que Sall pueda aspirar a un tercer mandato.

Sall, de 61 años, llegó al poder en 2012 y consiguió la reelección en 2019. La nueva Constitución de Senegal, aprobada en 2016, limita los mandatos presidenciales a dos periodos de cinco años.

Sall no ha confirmado ni desmentido que planee presentarse. En marzo declaró al diario francés L'Express que técnicamente podía presentarse porque la nueva constitución ponía a cero el reloj de su número de mandatos, un argumento que han utilizado otros presidentes de la región para presentarse y asegurarse terceros mandatos.

"Macky Sall está acabado. No debe aspirar a un tercer mandato. No lo aceptaremos, ni hoy ni mañana", declaró Ibrahima Lo, un comerciante de la ciudad meridional de Kaolack, que se unió a la protesta en la capital.

La oposición también ha acusado al gobierno de Sall de utilizar la maquinaria judicial para perseguir a posibles contendientes, entre ellos el líder de la oposición, Ousmane Sonko, de 48 años, que quedó tercero en las elecciones presidenciales de 2019.

El gobierno ha negado las acusaciones de la oposición.

Sonko está siendo juzgado en dos casos distintos que podrían inhabilitarle para la carrera presidencial de 2024. El 8 de mayo, un tribunal de apelación le impuso una condena condicional más severa en un caso de difamación contra el ministro de Turismo de Senegal.

Está previsto que el martes comience otro juicio en el que se le acusa de violar a una empleada de un salón de belleza en 2021 y de amenazarla de muerte. Sonko ha negado ambas acusaciones.

Sus problemas legales y sus comparecencias ante los tribunales han suscitado violentas protestas y enfrentamientos entre sus partidarios y las fuerzas de seguridad.