Desde que Rusia invadió Ucrania el año pasado, Estados Unidos y sus aliados han entregado armamento por valor de decenas de miles de millones de dólares, pero Kiev sigue desesperada por conseguir más.

También está deseando subirse a una ola de apoyo público occidental para asegurarse de que las promesas para su reconstrucción, que no puede empezar en serio hasta que termine la guerra y que algunos calculan que costará hasta un billón de dólares, sean algo más que palabras.

Pero hablar de reconstrucción parece prematuro.

Los analistas afirman que la mezcla de donantes, desde países a organizaciones internacionales y de desarrollo, pasando por actores del sector privado o la posible redistribución de los activos rusos incautados, ya ha complicado la coordinación.

Y la realidad es que los progresos han sido arduos.

Ucrania, que dominó la última gran reunión del Foro Económico Mundial (FEM) en mayo, ha vuelto a enviar a decenas de ejecutivos, legisladores y responsables políticos con un mensaje claro del presidente Volodymyr Zelenskiy: comprometerse ahora, no más tarde.

"Tenemos que pensar en el día después. El mundo entero necesita a Ucrania como país democrático y de éxito. Es la mejor respuesta para nuestros amigos, pero también para nuestros enemigos. Es nuestra tarea convertirlo en un país de éxito", declaró a Reuters el alcalde de Kiev y antiguo campeón mundial de boxeo de los pesos pesados, Vitali Klitschko.

Ucrania encargó el año pasado a BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, la creación de un fondo de reconstrucción.

"Cuanto más hagamos ahora, menos tendremos que hacer en la reconstrucción", declaró Odile Françoise Renaud-Basso, presidenta del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD).

El BERD, que invirtió unos 1.700 millones de euros (1.800 millones de dólares) en energía, transporte y otras infraestructuras en Ucrania en 2022, estimó sin embargo que su economía local se contrajo casi un tercio a lo largo del año.

Un informe conjunto elaborado en septiembre por el gobierno ucraniano, la Comisión Europea y el Banco Mundial, estimaba que el coste de la reconstrucción y la recuperación ascendía a 349.000 millones de dólares (322.000 millones de euros) y la cifra va en aumento a medida que se prolonga la guerra.

Destacando la desalentadora tarea, Yulia Svyrydenko, Viceprimera Ministra y Ministra de Desarrollo Económico y Comercio de Ucrania, dijo que las estimaciones se acercaban ahora al billón de dólares.

Con cada misil ruso que impacta en una infraestructura crítica, los costes de reconstrucción aumentan y el apetito inversor, sobre todo en el sector privado, flaquea.

Para Zelenskiy, la fuerte presencia en Davos es algo más que subrayar simbólicamente que Ucrania sigue a flote y que la otrora omnipresencia rusa en el evento ha terminado.

Se trata de crear impulso y dar garantías de que, incluso durante la guerra, Ucrania no está cerrada a los negocios.

Svyrydenko dijo que Davos era la oportunidad de pasar de la estrategia a los proyectos concretos.

"Ucrania ha demostrado resistencia en tiempos de guerra y los negocios también, así que tenemos que encontrar herramientas adicionales sobre cómo facilitar que los negocios ucranianos se desarrollen y que la inversión extranjera venga a Ucrania incluso ahora", dijo.

LA GUERRA NO ACABARÁ PRONTO

Zelenskiy se dirigió a los ejecutivos de BlackRock y a sus clientes en Davos vía Zoom el martes, dijo una persona que asistió. El presidente ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, dijo en Davos que el sector privado podría ayudar, añadiendo que buscaba un "retorno justo y equitativo".

Aunque BlackRock pueda parecer optimista, siempre existe el riesgo de que la guerra se prolongue durante años o de que cuando termine, como en anteriores esfuerzos de posreconstrucción como Afganistán, Irak o en los Balcanes, las promesas y el apoyo no se materialicen o el dinero se malgaste por la corrupción y la incompetencia.

"Las tensiones resurgirán cuando llegue el momento de financiar la reconstrucción de Ucrania -mucho más cara por los continuos ataques de Rusia a las infraestructuras críticas ucranianas-, pero eso no ocurrirá hasta que termine la guerra, y la guerra no va a terminar pronto", afirmó Eurasia Group en sus perspectivas para 2023.

En Davos, una exposición en la Casa de Ucrania recuerda a los visitantes la magnitud de la destrucción. El lugar es también el sitio al que acude la élite empresarial y los partidarios más cercanos de Ucrania para evaluar sus perspectivas y reiterar que Ucrania no puede permitirse perder la guerra cuando se acerca su primer aniversario, el 24 de febrero.

"Lo que Ucrania está haciendo es intentar que todo el mundo esté en la línea de salida para cuando pueda comenzar la reconstrucción", declaró a Reuters el ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis.

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