Los combates se extendieron por toda la ciudad el sábado cuando las fuerzas alineadas con la administración de Fathi Bashagha, respaldada por el parlamento, no lograron tomar el control de la capital y desbancar al gobierno de Abdulhamid al-Dbeibah, con sede en Trípoli.

Los enfrentamientos estallaron y terminaron repentinamente. Sin embargo, los enfrentamientos han hecho temer un conflicto más amplio por el enfrentamiento político.

En un vídeo publicado en su página de Facebook, Dbeibah dijo a los combatientes que la única forma de avanzar era ir a las elecciones.

"Cuando vieron nuestra ciudad, Trípoli, en paz, sintieron envidia. A los que piensan que pueden dar un golpe de estado, les decimos que la era del golpe ya ha pasado y a los que quieren elecciones, estamos preparados para las elecciones, no vamos a avanzar si no vamos a elecciones y si quieren otra cosa, tenemos hombres".

El intento de Bashagha el sábado de tomar el poder en Trípoli fue su segundo intento desde mayo.

Sus perspectivas de tomar la ciudad parecen muy mermadas por ahora, pero no hay señales de un compromiso político o diplomático más amplio para poner fin a la lucha por el poder en el país.

Las compañías aéreas dijeron a primera hora del domingo que los vuelos estaban operando con normalidad en el aeropuerto de Mitiga, en Trípoli, una señal de que la situación de seguridad se había relajado por ahora.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió el fin inmediato de la violencia y un verdadero diálogo para superar el estancamiento político de Libia.

El fracaso de Bashagha a la hora de expulsar a Dbeibah demostró que, a pesar de un periodo de realineamiento entre las facciones armadas en la capital y sus alrededores, el gobierno de Trípoli aún puede contar con una coalición militar capaz de luchar contra sus enemigos.

Libia ha tenido poca paz desde el levantamiento de 2011 respaldado por la OTAN que derrocó al autócrata Muammar Gaddafi, que dividió la nación en 2014 entre facciones rivales del este y del oeste y arrastró a las potencias regionales.