Como se habrá dado cuenta, hay que tener la mente abierta cuando se trata de divisas. Y es que, a pesar de las perspectivas de un mayor endurecimiento monetario en Estados Unidos, el dólar es incapaz de salir del canal plano de consolidación en el que se encuentra desde principios de febrero. Así que, sí, tenemos que buscar pepitas potenciales un poco más lejos que delante de nuestras narices, y una vez más, me gusta fijarme en las divisas que están bajo el signo de la pluralidad. ¿Por qué lo hago? Mirar un solo par de divisas y sacar conclusiones es como mirar a través de un catalejo: tu visión es fragmentada, limitada y, por tanto, más o menos sesgada. Ahora mira una docena de cruces que apuntan en la misma dirección. Bingo, quizá tengas una idea.

En este juego, el CAD y el NZD salieron del atolladero. El CAD se depreció frente a la libra, el dólar, el australiano y el euro. ¡Este último ha iniciado una remontada frente a estas mismas divisas! En otras palabras, el NZDCAD debió de moverse bastante la semana pasada. Para comprobarlo, basta con echar un vistazo al siguiente gráfico.

(Fuente: Bloomberg)

La subida de la semana pasada permitió al par volver a probar su resistencia horizontal en torno a 0,8260, con un exceso potencial por encima de 0,8330, cuya ruptura debería dar crédito al final de la corrección iniciada a finales del año pasado. La validación de las divergencias bajistas, mediante la superación del 58% en el RSI de 21 días, confirmará este nuevo impulso alcista.