Para no parafrasear lo que ya ha sido ampliamente debatido y comentado por servidor en un artículo sobre los tipos de interés, iré directamente al grano. La semana pasada se produjo un fuerte repunte de la moneda neozelandesa, más conocida como kiwi. Por respeto a los neozelandeses, deberíamos moderarnos y no compararlos con una fruta deliciosa y más rica en vitamina C que una naranja.

Un kiwi fusionado con otro kiwi (Ilustración Midjourney / MarketScreener)

Ovejas y kiwis
 
Pero divago, volvamos a nuestras ovejas. El kiwi no sólo rebotó frente al dólar por encima de 0,6100 para subir hasta su resistencia en 0,6317/38. De hecho, también subió frente al yen japonés, el euro, el australiano y la libra esterlina. De hecho, también repuntó frente al yen japonés, el euro, el australiano y la libra esterlina. Si te gusta, no lo cuentes, y además el kiwi es bajo en calorías. Dicho esto, lo serio empieza ahora. De momento, podemos considerar el movimiento de las dos últimas semanas como una simple recuperación técnica (entiéndase temporal) y que, de hecho, el kiwi se enfrenta a una bonita zona de resistencia frente a las divisas mencionadas: 0,6317/38 frente al dólar, 85,95 frente al yen, 0,5710 frente al euro o 0,5024/40 frente a la libra esterlina. Sólo si se superan estos umbrales técnicos será posible una recuperación más significativa. Mientras tanto, cualquier signo de debilidad podría aprovecharse para sacar partido de la tendencia a medio plazo.
Fuente: Bloomberg con MarketScreener

Por su parte, la libra esterlina sigue intentando recuperar un lugar bajo el sol y espera aprovechar la próxima reunión del Banco de Inglaterra BoE para hacerlo. Hay que recordar que las expectativas son también de una subida de 25 puntos básicos, seguramente seguida de otras para luchar eficazmente contra la inflación. En efecto, un escenario así debería permitir a la GBPUSD proseguir su (lenta) subida desde la ruptura de 1,2419/45.