Para luchar contra la inflación galopante, el BCE ha elevado del -0,5% al 0,75%, en menos de dos meses, el tipo que paga por los 4,6 billones de euros (4,5 billones de dólares) de reservas de los bancos que superan los requisitos.

Esto deja al BCE en la cuerda floja por decenas de miles de millones de euros en intereses anuales sobre esas reservas y amenaza con hacer un agujero en el capital de los bancos centrales de los países donde se asientan la mayoría de esas reservas, con los Países Bajos y Bélgica advirtiendo ya de pérdidas inminentes.

Además, coloca al BCE en la incómoda posición política de subvencionar a los bancos en un momento en que los ciudadanos pasan apuros en medio de una elevada inflación.

(1 dólar = 1,0251 euros)