Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa

FRÁNCFORT, 18 jul (Reuters) - Es casi seguro que el Banco Central Europeo mantendrá los tipos de interés sin cambios el jueves, al tiempo que señalará que su próxima medida seguirá siendo un recorte, aunque es probable que esta orientación sea vaga e incluya advertencias.

El BCE bajó los tipos de interés desde máximos históricos el mes pasado, en un movimiento que incluso algunos responsables de política monetaria consideraron precipitado, y es probable que el banco se muestre más cauto en cuanto a su siguiente paso, dada la inflación interna y el crecimiento salarial obstinadamente elevados.

En lo que muchos consideran una reunión de transición, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, tratará de encontrar un equilibrio, argumentando que las presiones sobre los precios están bajando como se esperaba, pero los riesgos persisten, por lo que se necesitan más datos antes de que los dirigentes monetarios puedan apretar el gatillo de nuevo.

Dado que Lagarde ya ha telegrafiado este mensaje en las semanas previas a la reunión, la atención ya se ha desplazado a septiembre, lo que sugiere que la reunión de política monetaria del jueves puede ser la menos complicada desde antes de la pandemia.

"Lagarde dejará más puertas abiertas al seguir haciendo hincapié en la naturaleza dependiente de los datos del BCE, por lo que es demasiado pronto para dar señales más firmes sobre futuras reuniones", dijo Jan von Gerich, economista de Nordea.

Los mercados prevén casi dos recortes de tipos en lo que queda de año y algo más de cinco para finales del año próximo, una opinión que ningún responsable político ha cuestionado abiertamente en las últimas semanas.

"Según nuestro escenario central, el próximo recorte de tipos del BCE se producirá en septiembre y vendrá seguido de una larga y gradual secuencia de recortes de tipos de 25 puntos básicos por trimestre en diciembre, marzo, junio, etc., es decir, los meses en los que se presentarán las nuevas proyecciones macroeconómicas", afirmó Reinhard Cluse, economista de UBS.

DÉBIL CRECIMIENTO, PRECIOS OBSTINADOS

La principal preocupación del BCE es que los precios internos, sobre todo los de los servicios, siguen en niveles elevados y el crecimiento relativamente rápido de los salarios amenaza con perpetuar la inflación por encima del objetivo del BCE.

"El mayor problema es la rigidez de los precios de los servicios", afirmó Tomas Dvorak, de Oxford Economics.

"Seguimos siendo un poco más optimistas sobre las perspectivas (...) (porque) la rigidez de la inflación de los servicios no se debe a una fuerte demanda, sino a factores rezagados como los salarios", añadió Dvorak.

Los acuerdos salariales plurianuales ya alcanzados apuntan a una relajación de las presiones salariales a lo largo del año, lo que sugiere que con el tiempo deberían aparecer cifras más benignas.

La economía también sigue siendo relativamente débil, con una serie de encuestas que apuntan a un crecimiento anémico, aliviando los temores de que la bulliciosa actividad veraniega, especialmente en el turismo, alimente aún más las presiones sobre los precios.

Pero gran parte de esto no es más que una esperanza y desde la bajada de tipos del 6 de junio han aparecido pocos indicadores concretos que confirmen que las previsiones se están materializando en hechos.

También hay quienes sostienen que el BCE está restando importancia a los riesgos para su escenario central, que sitúa la inflación de nuevo en su objetivo del 2% a finales de 2025, incluso aunque los tipos sigan bajando.

Otra incertidumbre es la rapidez con que la Reserva Federal de Estados Unidos bajará los tipos de interés.

Aunque la política monetaria del BCE es técnicamente independiente, es difícil desmarcarse demasiado con el mayor banco central del mundo. Unos tipos estadounidenses más altos animarían a los inversores a trasladar allí su efectivo, debilitando el euro e impulsando la inflación importada.

Los mercados prevén ahora que la Reserva Federal recorte sus tipos en septiembre, con un segundo movimiento antes de finales de año, un calendario que también apoyaría dos recortes más del BCE.

El BCE anunciará su decisión de política monetaria a las 1215 GMT, seguida de la conferencia de prensa de Lagarde a las 1245 GMT.

(Edición de Catherine Evans y Kim Coghill; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)