Gran Bretaña abandonará por completo la Unión Europea a finales de 2020 y sus empresas financieras ya no tendrán "pasaporte" sin restricciones, es decir, pleno acceso a los inversores del bloque.

Para evitar trastornos, bancos, aseguradoras y gestores de activos han abierto decenas de centros en el bloque, y el número de empleados que se han trasladado hasta ahora es de unos 7.000, según cálculos de la consultora EY en marzo, por debajo de las estimaciones iniciales.

El Banco de Inglaterra predijo en 2018 que podrían perderse entre 5.000 y 10.000 empleos financieros cuando Gran Bretaña abandonara formalmente la Unión Europea.

El Banco Central Europeo ha estado presionando a los bancos para que doten de personal suficiente a los nuevos centros bancarios de Fráncfort y otros lugares en funciones como la negociación.

"La respuesta corta a su pregunta es que por el momento no estoy preocupado por eso", dijo Woods en una rueda de prensa cuando se le preguntó si le preocupaba que la City perdiera su prestigio mundial tras el Brexit.

"La razón es que siempre estuvo claro que con la desaparición del pasaporte como parte del Brexit y varios otros cambios, que nuestros colegas en el BCE requerirían más entidades en la UE, y como parte de eso habría algunas implicaciones de personal", dijo Woods.

"Así que eso siempre ha estado, creo, incluido en el precio, al menos desde nuestro punto de vista".

Woods dijo que el total de traslados de puestos de trabajo era un pequeño porcentaje del total de puestos de trabajo en el sector financiero británico.

"Nuestro interés clave ha sido asegurarnos de que cualquier cambio que se produzca se base en preocupaciones reguladoras adecuadas y no sea una especie de apropiación de tierras", dijo Woods.

"Y en segundo lugar, que las nuevas estructuras, que por supuesto son un poco más complejas que las que teníamos antes del Brexit, puedan ser supervisadas y también gestionar los riesgos adecuadamente dentro de las empresas", añadió. "Y en ambos aspectos, creo que estamos bien".