La revisión al alza subrayaría la creciente convicción del banco central de que la robusta demanda interna permitirá a las empresas subir los precios y mantener la inflación de forma sostenible en torno a su objetivo del 2% en los próximos años.

Sin embargo, es poco probable que la revisión al alza por sí sola desencadene una subida inmediata de los tipos de interés, ya que muchos funcionarios del Banco de Japón consideran necesario examinar el resultado de las negociaciones salariales anuales de primavera y las consecuencias de las subidas de los tipos de interés en Estados Unidos, señalaron las fuentes.

"Las subidas de precios se están ampliando más de lo previsto inicialmente, una tendencia que podría continuar si los salarios suben lo suficiente", dijo una de las fuentes.

"Cuando se eliminan factores puntuales como los subsidios gubernamentales, la inflación tendencial parece estar ganando impulso", dijo otra fuente, expresando una opinión de la que se hizo eco la tercera.

El Banco de Japón ha utilizado tradicionalmente la inflación subyacente al consumo, que excluye el efecto de los alimentos frescos pero incluye los costes energéticos, como indicador clave para elaborar previsiones y orientar su política.

Pero en abril también empezó a emitir previsiones para la inflación "subyacente" al consumo, que elimina el efecto de los alimentos frescos y los costes energéticos, para captar mejor la tendencia general de los precios impulsada por la demanda interna.

Con los subsidios gubernamentales a los combustibles y las subidas programadas de las facturas de los servicios públicos enturbiando las perspectivas de precios de este año, el Banco de Japón se centraba ahora más en el índice "core-core" para determinar si Japón podría lograr subidas sostenidas de precios, dijeron las fuentes.

En las nuevas proyecciones trimestrales previstas para este mes, el BOJ probablemente elevaría sus previsiones de inflación subyacente para el año fiscal en curso, que finaliza en marzo, y para el año fiscal 2023, señalaron.

También podría elevar ligeramente la previsión para el ejercicio fiscal 2024, dependiendo de cómo vea el consejo las perspectivas de crecimiento salarial, dijeron las fuentes.

Las mejoras, que acercarían las perspectivas de la inflación subyacente al objetivo del 2% del BOJ, probablemente mantendrán vivas las expectativas del mercado de que el banco central elimine gradualmente su política ultra laxa cuando finalice el segundo mandato de cinco años del gobernador Haruhiko Kuroda en abril.

En las previsiones actuales, realizadas en octubre, el consejo proyecta que el nivel medio del índice de precios al consumo subyacente de este año fiscal será un 1,8% superior al del fiscal 2021. Prevé que los ejercicios fiscales 2023 y 2024 registren sendas subidas del índice del 1,6%.