El nuevo pase forma parte del impulso del presidente Emmanuel Macron para hacer la vida lo suficientemente difícil a la pequeña minoría de personas no vacunadas como para obligarlas a vacunarse.

La decisión del Consejo allana el camino para que el pase de la vacuna entre en vigor el 24 de enero, sustituyendo al pase sanitario que demostraba la vacunación, un examen reciente negativo o una infección pasada.

El Consejo mantuvo el deseo del gobierno de que cualquier persona mayor de 16 años esté obligada a mostrar el pase de vacunación, así como una disposición en la legislación que permite a los gerentes de bares y restaurantes comprobar la identificación de una persona junto con el pase para frenar el uso de falsificaciones o certificados pertenecientes a un tercero.

Sin embargo, anuló la exigencia de que se requiera el antiguo pase sanitario para asistir a los mítines políticos. A menos de tres meses de las elecciones, el Consejo dijo que esa disposición atentaría contra la libertad de las personas para compartir puntos de vista y opiniones.

El pase de la vacuna ha dado un nuevo impulso a las protestas callejeras semanales contra las restricciones relacionadas con la COVID en la vida pública.

Algunas personas que se resisten a la vacuna dicen que Macron les ha hecho sentir como ciudadanos de segunda clase.

Francia informó el jueves de más de 425.000 infecciones por coronavirus y los hospitales dicen que la gran mayoría de los pacientes con COVID en cuidados intensivos no están vacunados.

(Esta historia se corrige para mostrar que el Consejo anuló el requisito de que se exigiera un "pase sanitario", no un "pase de vacuna", para las reuniones políticas)