Las perspectivas de crecimiento mundial a medio plazo son las más débiles en décadas, pero las principales economías del G20 podrían impulsar las perspectivas de crecimiento si colaboran para abordar el cambio climático, evitar las restricciones comerciales y adoptar principios mundiales para la inteligencia artificial (IA), según el Fondo Monetario Internacional.

La Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, instó a las principales economías del G20 a "actuar con valentía" para recuperar el impulso político en materia de reformas tras años de "apagar fuegos" a raíz de los choques económicos provocados por la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania.

Con la previsión de que el crecimiento mundial alcance el 3,1% en 2024, la inflación a la baja y los mercados laborales resistiendo, los responsables políticos podrían centrarse ahora en reconstruir los amortiguadores fiscales frente a futuros choques, impulsar los ingresos nacionales, frenar el aumento de la deuda pública y garantizar que tendencias como la IA mejoren las perspectivas de crecimiento, afirmó en un blog publicado el lunes para acompañar un informe del FMI al G20.

Georgieva, que se dirigirá a los responsables de finanzas del G20 cuando se reúnan en Sao Paulo esta semana, dijo que el bajo crecimiento mundial afectaba a todos los países, pero tenía implicaciones "especialmente preocupantes" para los mercados emergentes y las economías en desarrollo, que han capeado sucesivas crisis mundiales pero siguen rezagadas respecto a las economías avanzadas.

Afirmó que era vital que los países siguieran trabajando para ampliar su base impositiva, cerrar los vacíos legales y mejorar la administración fiscal, y señaló que el G20 había pedido al FMI y al Banco Mundial que lanzaran una iniciativa conjunta sobre esta cuestión.

El informe del FMI afirmaba que ahora se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo tarden 130 años en cerrar la mitad de la brecha en renta per cápita con las economías avanzadas, frente a los cerca de 80 años que tardaban antes de la crisis financiera mundial de 2008.

Brasil, presidente este año del G20, ha hecho de la erradicación de la desigualdad y de la lucha contra el cambio climático una de sus principales prioridades.

Dada la reciente mejora de las perspectivas a corto plazo, con un "aterrizaje suave" ya a la vista, los responsables políticos del G20 podrían poner "sus miras en un futuro más equitativo, próspero, sostenible y cooperativo", afirmó Georgieva.

También dijo que los bancos centrales deberían hacer un seguimiento cuidadoso de la inflación y evitar relajar la política monetaria demasiado pronto o demasiado rápido.

El FMI afirmó que las perspectivas de crecimiento a medio plazo siguen siendo tibias debido al débil crecimiento de la productividad, el envejecimiento, la fragmentación y las vulnerabilidades climáticas, pero que aún existen oportunidades de crecimiento gracias al comercio de servicios digitales y a la IA, si se aprovechan adecuadamente.

Afirmó que los líderes del G20 deberían redoblar sus esfuerzos para aprovechar el potencial de crecimiento de África y permitir mayores inversiones en educación, sanidad e igualdad de género, así como garantizar una mayor coordinación en la reestructuración de la deuda de los países que no pueden hacer frente a los pagos.

La cooperación del G20, incluso mediante la fijación de precios del carbono, la reducción de los subsidios energéticos y los mecanismos de ajuste del carbono en frontera, también podría ayudar a mitigar los efectos del cambio climático y facilitar la transición hacia una energía verde, afirmó el FMI.

Asimismo, les instó a trabajar juntos para garantizar el uso responsable de la IA, incluso mediante la mejora de los marcos normativos nacionales y la armonización de los principios mundiales para su utilización. (Reportaje de Andrea Shalal; Edición de Paul Simao)