Naciones Unidas dijo el domingo que Moscú había declinado sus ofertas de ayuda mientras aumentaba el número de muertos y el agua sucia obligaba a cerrar playas en el sur de Ucrania.

El colapso de la presa controlada por Moscú el 6 de junio desató inundaciones en el sur de Ucrania y en partes de la región de Kherson controladas por Rusia, destruyendo casas y tierras de cultivo y cortando los suministros a los residentes.

"Hay muchos problemas allí", dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, cuando se le preguntó por qué Moscú había rechazado la ayuda de la ONU.

"Cómo cruzar por donde está la línea de contacto (entre las fuerzas rusas y ucranianas) y garantizar la seguridad - ustedes saben que allí hay bombardeos constantes, provocaciones constantes, se bombardean objetos civiles y personas, la gente muere", dijo.

"Por eso es muy difícil aquí, es muy difícil proporcionarles seguridad. Y hay muchos otros matices", añadió.