Ramaphosa ha negado haber cometido delito alguno en relación con el escándalo, que los medios de comunicación han bautizado como "Farmgate". Ha impugnado el informe ante los tribunales y no ha sido acusado de ningún delito, pero algunos opositores han pedido su dimisión.

Más tarde, el martes, los legisladores votarán si aprueban el informe del panel, lo que desencadenaría el inicio de un proceso de destitución.

Pero no se espera que se apruebe la votación, después de que el partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (CNA) -que tiene la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional-, dijera la semana pasada a su grupo parlamentario que lo rechazara.

La votación se produce días antes de una contienda por el liderazgo del CNA que decidirá si Ramaphosa consigue presentarse para un segundo mandato en la candidatura del partido en las elecciones de 2024.

Las divisas escondidas en los muebles de la granja de caza Phala Phala de Ramaphosa fueron robadas en 2020, pero no salieron a la luz hasta junio. El robo ha suscitado dudas sobre cómo Ramaphosa, que llegó al poder con la promesa de luchar contra el soborno, adquirió el dinero y si lo declaró.

Ramaphosa ha dicho que se llevó una cantidad de dinero mucho menor que los millones de dólares denunciados y que se trataba del producto de la venta de juegos. Ha dicho que denunció el robo cuando se enteró, contrariamente a las acusaciones.