La proporción de fabricantes que piensan que Gran Bretaña es un lugar competitivo se redujo a la mitad, al 31%, desde el 63% de hace un año, y el 43% dijo que Gran Bretaña se había vuelto menos atractiva para los inversores extranjeros, según la encuesta realizada por Make UK, el principal organismo comercial de los fabricantes británicos, y los contables PwC.

La encuesta, realizada a 235 empresas, tuvo lugar entre el 1 y el 22 de noviembre, cuando la agitación del efímero gobierno de Liz Truss estaba fresca en la mente de la gente, y el 53% de las empresas afirmó que la continua inestabilidad política había dañado la confianza empresarial.

Esta semana, el ministro de Economía, Jeremy Hunt, tiene previsto esbozar planes para reducir drásticamente las subvenciones energéticas a las empresas.

Make UK afirmó que es probable que los planes conduzcan a agravar los recortes de empleo y producción que ya estaban en proyecto.

Cuando se realizó la encuesta en noviembre, dos tercios de los fabricantes esperaban reducir plantilla o recortar la producción debido a los elevados costes energéticos.

Los fabricantes británicos han pasado apuros últimamente, y las encuestas empresariales de S&P Global, muy seguidas, muestran que en diciembre sufrieron una caída más severa que sus homólogos de otras naciones del Grupo de los Siete.

"El próximo año va a ser muy difícil para los fabricantes, con una potente mezcla de factores que pondrán a prueba su determinación", Stephen Phipson, director ejecutivo de Make UK.

"La continua interrupción de la cadena de suministro, el acceso a la mano de obra y los elevados costes del transporte, que no muestran signos de remitir, se suman a una creciente sensación de incertidumbre económica y política en sus principales mercados".

Phipson afirmó que existe un riesgo significativo de que los fabricantes británicos "se queden en la cuneta" si el gobierno no consigue igualar la generosidad de los programas de apoyo a la factura energética que tienen en marcha los competidores de Gran Bretaña.

Según informó el viernes el Daily Telegraph, los planes del gobierno para reducir las subvenciones energéticas a las empresas harán que el coste de las ayudas se reduzca en un 85% durante el próximo ejercicio, limitando el coste a 5.000 millones de libras (6.000 millones de dólares).