Desde la invasión rusa de Ucrania la semana pasada, Gran Bretaña ha impuesto la prohibición de que Rusia venda deuda en sus mercados de capitales y ha sancionado a varios bancos rusos, así como a empresas como la firma de defensa Rostec y la aerolínea Aeroflot.

"Hemos estado muy coordinados en cuanto a las sanciones, hemos mostrado una gran unidad. Está teniendo un gran efecto en Rusia, pero ahora tenemos que hacer más", dijo Liz Truss, ministra de Asuntos Exteriores británica, durante una visita a Bruselas para una reunión de los miembros de la OTAN.

"En particular, tenemos que examinar el sector del petróleo y el gas, cómo reducimos nuestra dependencia en toda Europa del gas ruso, cómo cortamos la financiación a la maquinaria de guerra de Vladimir Putin".

Numerosas naciones han impuesto amplias sanciones contra empresas, bancos y particulares rusos tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, aunque la energía ha quedado exenta en gran medida para intentar evitar que los precios suban aún más.

A pesar de ello, el comercio de petróleo está en desorden, con los productores posponiendo las ventas, los importadores rechazando los barcos rusos y los compradores de todo el mundo buscando en otros lugares el crudo que necesitan.

En Gran Bretaña, la prohibición de que los barcos rusos atraquen en sus puertos, las sanciones a la banca y al comercio y una medida para impedir que las empresas rusas obtengan financiación en Londres han afectado indirectamente a las empresas energéticas.

Empresas como Gazprom tienen una cotización secundaria en Londres, y la Bolsa de Valores de Londres (LSE) ha suspendido esta semana la negociación de valores rusos.

Estados Unidos y la UE ya aplican algunas sanciones a los sectores energético y de refinado de petróleo de Rusia, pero Washington se ha mostrado prudente a la hora de imponer sanciones a los flujos de petróleo y gas rusos.

Rusia es el segundo mayor exportador de crudo del mundo, sólo por detrás de Arabia Saudí.

Algunas de las mayores empresas energéticas del mundo, como BP y Shell, también han comenzado a abandonar posiciones multimillonarias en Rusia desde que comenzó la invasión.