En una carta al parlamento fechada el 20 de diciembre, el presidente Muhammadu Buhari solicitó la aprobación para convertir préstamos del banco central al gobierno por valor de 53.000 millones de dólares en bonos a 40 años con un interés del 9%, incluyendo un préstamo extra del banco al gobierno de un billón de nairas.

Los economistas afirman que el gobierno nigeriano está gastando más dinero en el pago de la deuda que en educación y sanidad, pero Buhari ha dicho que su gobierno no tuvo más remedio que pedir prestado para salir de dos recesiones en los últimos siete años.

Algunos legisladores argumentaron en una agitada sesión que la conversión del préstamo era inconstitucional, lo que llevó al presidente del Senado, Ahmad Lawan, a suspender la votación de la propuesta hasta una fecha posterior.

El FMI ha pedido a Nigeria que elimine gradualmente la financiación del gobierno por parte del banco central para reducir la inflación de dos dígitos.

Buhari presentó en octubre un presupuesto de 20,51 billones de nairas para 2023. Pero los legisladores aprobaron el miércoles un presupuesto aumentado después de que elevaran la hipótesis del precio del petróleo a 75 dólares el barril desde 70 dólares.

El presidente tendrá que firmar el presupuesto revisado para que se convierta en ley.

El aumento de la deuda, el débil crecimiento económico, la elevada inflación y la creciente inseguridad son los principales problemas de Nigeria mientras los votantes se dirigen a las elecciones nacionales de febrero, en las que el actual presidente Buhari no se presentará a la reelección debido a los límites de su mandato.

(1 $ = 446,13 nairas)