Los ministros de energía de la UE se reunirán en Praga antes de un encuentro el miércoles para intentar avanzar en la fijación de un tope de precios y otras medidas en respuesta a la fuerte reducción de los suministros rusos que en su día proporcionaban a Europa cerca del 40% de sus necesidades de gas.

Las conversaciones no han conseguido llegar a un acuerdo sobre una propuesta de tope de precios, ya que Alemania, la mayor economía de Europa, y algunos otros Estados más ricos de la UE temen que pueda dificultar la obtención de suministros.

El fuerte gasto previsto por Alemania para proteger a sus ciudadanos de todo el impacto del aumento de los precios de la energía también ha provocado el malestar de algunos países de la UE de 27 países que dicen que es más de lo que los miembros más pobres pueden permitirse.

El canciller Olaf Scholz dijo el martes que Alemania no podía esperar suministros de energía de Rusia en un futuro previsible, pero que la situación podía gestionarse.

"Si todos seguimos adaptándonos al cambio de situación -los ciudadanos, las empresas y los políticos-, superaremos con seguridad este invierno", dijo Scholz en una conferencia de ingenieros.

Scholz añadió que Alemania, que había dependido más que la mayoría de los estados europeos del gas ruso y se ha apresurado a encontrar fuentes alternativas, casi había alcanzado el objetivo de tener sus instalaciones de almacenamiento de gas llenas en un 95% antes del comienzo del invierno.

Otros países europeos que en su día dependían del gas ruso, como Italia, también han estado acumulando almacenamiento y abasteciéndose de otros países, como Argelia y Azerbaiyán.

TEMORES INVERNALES

Los analistas cifran el déficit de gas en casi el 15% de la demanda media europea en invierno, lo que significa que el continente tiene que recortar el consumo para superar la temporada alta de calefacción sin arriesgarse a sufrir cortes de electricidad o racionamientos.

Rusia redujo progresivamente los flujos de gas a través de Nord Stream y también a través de otras rutas tras las sanciones occidentales en respuesta a la guerra de Ucrania que comenzó en febrero.

El gas a través de Nord Stream se detuvo por completo en septiembre y cualquier esperanza de reanudar los envíos a Alemania a través de esa ruta se desvaneció el mes pasado por sospechas de sabotaje.

La crisis energética también ha tenido un efecto en la economía, haciendo subir los precios para las empresas y reduciendo la cantidad de dinero que los consumidores tienen para gastar.

Los compradores británicos se están abasteciendo de mantas eléctricas, velas y ollas de cocción lenta de bajo consumo, ya que el aumento de las facturas de gas y la inflación récord de los precios de los alimentos obligan a millones de personas a prepararse para un duro invierno que se avecina.

Berlín dijo el lunes que estaba trabajando en la aplicación de propuestas para dar a los hogares y a las pequeñas y medianas empresas un pago único por valor de un mes de la factura del gas de este año y un mecanismo para limitar los precios a partir de marzo.

Si se aprueba, el plan se pagaría con un paquete de ayuda de 200.000 millones de euros (194.000 millones de dólares) que el gobierno de la canciller Scholz anunció el mes pasado para reducir el impacto de los precios de la energía.

(1 dólar = 1,0305 euros)