El año pasado, el banco revirtió gradualmente una subida de tipos de emergencia al 20% realizada a finales de febrero tras la decisión de Rusia de enviar decenas de miles de tropas a Ucrania y la imposición de amplias sanciones occidentales en respuesta. Ahora ha mantenido los tipos estables en el 7,5% desde el último recorte de septiembre.

Con una inflación anual del 11,72% hasta el 6 de febrero, el Banco de Rusia mantuvo su previsión de inflación para finales de año en el 5,0-7,0%, manteniendo la esperanza de poder devolver la inflación a su objetivo del 4% en 2024.

"Si se intensifican los riesgos a favor de la inflación, el Banco de Rusia considerará la necesidad de una subida del tipo de interés oficial en sus próximas reuniones", dijo el banco en un comunicado.

Dijo que los riesgos de inflación a corto plazo habían vuelto a aumentar, incluida la posibilidad de que las restricciones externas sobre el potencial de la economía rusa resulten más fuertes de lo que se pensaba.

El banco ajustó su previsión del PIB para 2023 a entre un crecimiento del 1,0% y una contracción del 1,0%, frente al descenso del 1,0%-4,0% anterior. El Fondo Monetario Internacional espera que la economía rusa crezca un 0,3% este año.

La decisión coincidió con una encuesta de Reuters entre analistas, que esperaban que el banco diera una señal más dura pero mantuviera los tipos.

PETRÓLEO

El banco central también rebajó su evaluación del precio medio del petróleo de los Urales para 2023 a la luz de los embargos sobre el crudo y los productos petrolíferos rusos, impuestos por los países occidentales por las acciones de Rusia en Ucrania, a 55 dólares por barril desde 70,10 dólares.

Esto tiene implicaciones para el presupuesto ruso de 2023, que actualmente se basa en el precio de 70,10 dólares. En enero, Rusia registró un déficit presupuestario de casi 25.000 millones de dólares, al dispararse los gastos y desplomarse los ingresos.

Tras una contracción estimada del PIB del 2,5% el año pasado, a medida que las sanciones occidentales hacían mella, las perspectivas económicas de Rusia para 2023 parecen más halagüeñas, pero la escasez de mano de obra, la caída de los ingresos energéticos y el aumento del déficit plantean desafíos.

"En caso de una mayor expansión del déficit presupuestario, aumentarán los riesgos pro-inflación y podría ser necesaria una política monetaria más restrictiva", dijo el banco.

La gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiullina, arrojará más luz sobre las previsiones y la política del banco en una rueda de prensa a las 1200 GMT.

La próxima reunión para fijar los tipos está prevista para el 17 de marzo.