Los ahorradores de la nación sudamericana se sienten cada vez más atraídos por las criptomonedas para compensar años de dolorosa inflación, que ahora se aproxima al 60%, desestimando un reciente desplome del mercado y el problemático experimento de El Salvador con las monedas virtuales.
"El entorno local está empujando a la gente a proteger su capital en criptodivisas y por eso vemos que el crecimiento se acelera", dijo Mauro Liberman, de 39 años, uno de los fundadores del café, cuyo objetivo es promover el uso de la moneda digital.
"En toda América Latina el potencial de crecimiento es enorme", dijo, y añadió que la mayoría de los usuarios locales la compraban como una forma de atesorar sus ahorros. "Es una avalancha que no se va a detener".
Un informe de abril de Americas Market Intelligence mostró que la penetración de las criptomonedas en Argentina era del 12%, aproximadamente el doble que en México y Brasil. La adopción en la Venezuela plagada de hiperinflación es aún mayor, según
ing un reciente informe de Chainalysis. Gráfico: Argentina: el cripto es el rey - 
'PERDIENDO MENOS'
El inconveniente es la falta de confianza en la moneda local, el peso, que se ha depreciado un 14% este año frente al dólar. Los controles de capital que limitan las divisas a 200 dólares mensuales también están estimulando la adopción de cripto.
La inflación anual ascendió al 58% en abril y podría llegar al 70% este año, una tasa que hace que las criptomonedas sean atractivas, a pesar del reciente desplome que ha hecho que las monedas estables como TerraUSD y Tether se desplomen, y que el bitcoin caiga a un mínimo de 16 meses.
Víctor Levrero, de 44 años, especialista en informática en la provincia de Buenos Aires, pone sus ahorros extra en stablecoin y bitcoin cada mes después de agotar su cuota de 200 dólares para convertir pesos en dólares. No se preocupa por los ahorros en pesos a plazo fijo.
"Básicamente, es porque pierdo menos", dijo. "Con una inflación argentina de entre el 60-70%, y los plazos fijos pagando el 30-35%, simplemente no funciona".
Plataformas locales de criptomonedas como Lemon Cash y Buenbit dijeron a Reuters que su base de usuarios se había disparado en el último año.
El banco central ha advertido repetidamente sobre el riesgo de invertir en monedas digitales volátiles, y algunos adoptantes lo están tomando con cuidado.
Marcelo Vila, de 37 años, técnico informático autónomo, dijo que por ahora sólo tenía una pequeña cantidad invertida en bitcoin y Ether.
"La idea es ampliar la proporción de fondos invertidos en cripto", dijo. "Pero hasta que no conozca el mercado de las criptomonedas, no puedo invertir mucho dinero en él".
Sebastián Carsorio, de 23 años, de un barrio pobre de Escobar en las afueras de la capital, tiene poco que perder. Busca salir de la pobreza con una mina de criptodivisas casera que armó con partes de computadoras recicladas de su trabajo.
"Reparé las cosas y las junté en una computadora", dijo a Reuters en su casa, donde tenía pantallas que mostraban cómo va la minería. Empezó con Ethereum y luego con bitcoin, lo que le permitió comprar un terreno y volver a estudiar.
"Seguiré minando porque es una buena forma de ahorrar", dijo Carsorio, explicando que obtiene una mejor tasa de cambio de pesos que en la calle.
"Cuando el dinero ha sido escaso, la minería me ha salvado muchas veces"
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Argentina: el cripto es el rey
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