"Lo intentarán de nuevo el sábado para facilitar el paso seguro de los civiles desde Mariupol", dijo el CICR en un comunicado. Dijo que el convoy regresó a Zaporizhzhia, al noroeste del puerto del sur, "después de que los arreglos y las condiciones hicieran imposible continuar".

Mariupol ha estado rodeada desde los primeros días de la invasión rusa de Ucrania que comenzó el 24 de febrero. Un intento anterior de la Cruz Roja de llegar a ella a principios de marzo fracasó porque la ruta se consideró insegura.

El equipo de la Cruz Roja, formado por tres coches que llevaban nueve miembros del personal, pretendía dirigir un convoy de unos 54 autobuses ucranianos y varios vehículos privados para salir de la ciudad, donde hasta 170.000 personas están sin electricidad y tienen pocos alimentos, según el alcalde.

Un portavoz del CICR subrayó a primera hora del viernes que la operación había sido aprobada tanto por Ucrania como por Rusia, pero que aún se estaban perfilando los principales detalles, como el momento exacto y el destino, que sería un lugar indeterminado de Ucrania.

"Armar este convoy de paso seguro ha sido y sigue siendo extremadamente complejo", dijo el portavoz del CICR, Ewan Watson.

A la Cruz Roja no se le permitió llevar ayuda humanitaria con el convoy, y éste partió sin los suministros médicos y de otro tipo que había preposicionado en Zaporizhzhia, dijo Watson.

"La situación es horrenda y se está deteriorando. Ahora es un imperativo humanitario que se permita la salida de la gente y la entrada de los suministros de ayuda", dijo Watson.

Tras anunciar que la misión del viernes no había tenido éxito, el CICR renovó su llamamiento para que todas las partes respeten los acuerdos antes del próximo intento y proporcionen "las condiciones y garantías de seguridad necesarias".