El dólar cedió el miércoles después de que los datos mostraran que la economía china entró en deflación el mes pasado, lo que aumentó las posibilidades de que el gobierno ponga en marcha medidas de estímulo adicionales y empujó a los inversores hacia los activos de riesgo.

La venta de dólares por parte de los bancos estatales chinos ayudó al yuan a repuntar desde un mínimo de un mes, según los operadores. El hecho de que el banco central chino fijara el tipo de cambio en 7,1588 por dólar antes de la apertura señaló su malestar por las recientes caídas del yuan.

El índice dólar -que mide el comportamiento de la divisa estadounidense frente a otras seis- cedió un 0,1%, recortando parte de la subida del 0,47% del martes.

El euro subió un 0,2%, hasta 1,0978 dólares, mientras que la libra esterlina cedió un 0,1%, hasta 1,274 dólares. Los mercados europeos obtuvieron cierto respiro después de que las acciones cayeran la víspera cuando el gobierno italiano anunció por sorpresa un impuesto del 40% a los bancos. El Ministerio de Finanzas suavizó posteriormente su postura, pero la decisión inicial restó un 3,5% a las acciones de los principales prestamistas de la zona euro.

Los datos del miércoles mostraron que los precios al consumo chinos cayeron en julio por primera vez en más de dos años. En lugar de levantar el apetito de refugio seguro por el dólar, las cifras reforzaron la opinión entre algunos inversores de que el gobierno chino podría tomar medidas para apuntalar la economía con estímulos monetarios.

"Todavía no hay señales oficiales de un apoyo inminente" a la economía china, a pesar de la "especie de protesta contra la reciente subida del tipo dólar-yuan" implícita en la fuerte fijación del yuan, dijo Ray Attrill, jefe de estrategia de divisas del National Australia Bank.

Teniendo esto en cuenta, la debilidad del dólar podría no durar mucho, según Ricardo Evangelista, analista senior de ActivTrades.

"Los datos de la inflación china mostraron que los precios al consumo apenas se han movido en julio, lo que confirma que la segunda economía más grande del mundo se está estancando y puede estar entrando en deflación", dijo.

"En este contexto, cualquier pérdida del billete verde será limitada, ya que la preocupación por las perspectivas de la economía mundial podría reavivar pronto la demanda de dólares", afirmó.

Los datos de inflación de EE.UU. se publicarán el jueves y se ciernen sobre un mercado hambriento de pistas sobre el rumbo de la política de la Reserva Federal y, por ahora, es probable que tengan más peso para los inversores que un retroceso de las presiones sobre los precios en China, según el jefe de investigación económica de Daiwa Capital Markets, Chris Scicluna.

"Realmente, los banqueros centrales, ya sea la Fed, el BCE o el Banco de Inglaterra, están preocupados por los precios de los servicios y también por la rigidez general de los mercados laborales, y eso no va a cambiar por lo que está ocurriendo en China", afirmó.

Durante la noche se produjeron más señales moderadas por parte de los funcionarios de la Fed, con el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, sugiriendo que los tipos de interés ya están lo suficientemente altos, haciéndose eco de la opinión del presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic.

Sin embargo, el mensaje dista mucho de ser uniforme, ya que la gobernadora de la Fed, Michelle Bowman, afirmó el lunes que es probable que se produzcan nuevas subidas.

Los mercados monetarios muestran que la mayoría de los operadores no esperan ningún cambio por parte de la Fed en su reunión de política monetaria de septiembre. Sólo hay un 13,5% de probabilidades de una subida de un cuarto de punto, según el mercado de derivados.