Rajapaksa huyó en las primeras horas del 13 de julio después de que las protestas masivas envolvieran la capital, Colombo, y los manifestantes, enfurecidos por la devastación económica, asaltaran su residencia oficial y su oficina.

Dimitió tras llegar a Singapur y posteriormente viajó a Tailandia.

Sri Lanka, que se enfrenta a una de sus peores crisis económicas desde su independencia, alcanzó esta semana un acuerdo a nivel de personal con el Fondo Monetario Internacional para un préstamo de 2.900 millones de dólares.