La guerra de casi cinco meses desde el 15 de abril ha devastado Sudán, agravando el hambre, destruyendo infraestructuras y matando a cientos de civiles.

El ejército envió salvas de ataques aéreos a la ciudad de Omdurman el domingo, un día después de que fuentes militares dijeran que también había desplegado un gran número de fuerzas terrestres y armamento pesado en un esfuerzo por consolidar el control de la ciudad.

Esto cortaría una ruta de suministro clave para las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que envían suministros desde la región de Darfur a Omdurman, y luego a través del Nilo a Bahri y a la capital Jartum.

También continuaron los ataques en el sur de Jartum, después de que un grupo de voluntarios locales dijera que 20 personas habían muerto a última hora del sábado en un ataque aéreo.

Las múltiples iniciativas internacionales para negociar una solución al conflicto, que estalló por los planes de integración de las fuerzas, no han logrado sofocar los combates.

En un discurso pronunciado el sábado en la ciudad de Kassala, el general Abdel Fattah al-Burhan, jefe de Estado de Sudán desde 2019, prometió derrotar a las FRS. "Esta guerra sólo terminará con el fin de la rebelión", afirmó.

Burhan salió del cuartel general del ejército por primera vez desde que comenzó la guerra a finales del mes pasado, tras encarnizados combates por el otro único bastión del ejército en la capital.

La RSF dijo el domingo que controlaba parte de ese bastión, la base del Cuerpo Blindado en el sur de Jartum.