Enviados saudíes y omaníes están manteniendo conversaciones de paz con oficiales houthis en Sanaa esta semana, mientras Riad busca un alto el fuego permanente para poner fin a su implicación militar en la larga guerra del país.

Las Naciones Unidas no participan directamente en las negociaciones de Sanaa, pero esperan reanudar un proceso político pacífico si se alcanza un acuerdo de alto el fuego.

Hans Grundberg dijo que estaba trabajando con todos los actores relevantes para asegurar que los esfuerzos actuales apoyen la mediación de la ONU.

"Mi papel se ha mantenido siempre centrado en la reanudación de un proceso político inclusivo dirigido por los yemeníes. Sólo un proceso de este tipo puede lograr un acuerdo sostenible y propiciar un futuro de paz y desarrollo duraderos", declaró Grundberg en un comunicado enviado a Reuters.

Las conversaciones en Sanaa señalan cierto progreso en las consultas mediadas por Omán entre funcionarios saudíes y houthis, que se desarrollan en paralelo a los esfuerzos de paz de la ONU. Las iniciativas de paz han cobrado impulso después de que los archirrivales Arabia Saudí e Irán acordaran restablecer lazos en un acuerdo mediado por China.

Fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, han declarado a Reuters que las conversaciones entre saudíes y Houthi se centran en la reapertura total de los puertos controlados por los Houthi y del aeropuerto de Sanaa, el pago de los salarios de los funcionarios públicos con los ingresos del petróleo, los esfuerzos de reconstrucción y un calendario para la salida de las fuerzas extranjeras del país.

Grundberg dijo que acogía con satisfacción cualquier compromiso bilateral que proporcione "un entorno más propicio para que se inicie un proceso político".

La guerra de Yemen se considera una de varias batallas por poderes entre Irán y Arabia Saudí. Los houthis, alineados con Irán, expulsaron de Saná a finales de 2014 a un gobierno respaldado por Arabia Saudí y tienen el control de facto del norte de Yemen, afirmando que se están levantando contra un sistema corrupto y una agresión extranjera.

Llevan luchando contra una alianza militar liderada por Arabia Saudí desde 2015 en un conflicto que ha matado a cientos de miles de personas y ha dejado al 80% de la población de Yemen dependiente de la ayuda humanitaria.