El BCE está trabajando en una versión digital de su moneda y está perfilando el diseño más general, con la esperanza también de aliviar las preocupaciones de que la moneda digital pueda perturbar el sistema financiero y dar al banco central demasiados datos sobre los ciudadanos.

Una moneda digital es un derecho directo sobre el balance del banco central, muy parecido al dinero en efectivo, por lo que se considera más segura que un depósito mantenido en un banco comercial.

"El euro digital sería un bien público", declaró Panetta ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

"Por tanto, tendría sentido que sus servicios básicos fueran gratuitos, por ejemplo cuando se utiliza el euro digital para pagar a otra persona, como ocurre con el efectivo".

A los bancos les ha preocupado que una moneda digital hiciera redundantes sus propios servicios, por lo que los clientes les abandonarían y trasladarían su efectivo al dinero del banco central, dada la seguridad añadida.

Sin embargo, Panetta dijo que el BCE no ofrecería cuentas a los ciudadanos y no permitiría a la gente realizar pagos programados y regulares para cubrir transacciones como facturas o alquileres, ya que no está en el negocio de crear competencia para los bancos comerciales.

"Creemos que los intermediarios supervisados, que están en contacto directo con los usuarios, son los mejor situados para identificar los casos de uso de los pagos condicionados y de cualquier otro servicio de pago avanzado", dijo Panetta.

En caso de emitirse, el BCE podría desarrollar su propia app independiente para pagos o podría permitir a los bancos comerciales integrar el euro digital en sus propias plataformas.

No obstante, su propia app sólo incluiría funcionalidades de pago básicas y garantizaría que pudiera utilizarse en cualquier lugar de la zona del euro, un bloque monetario de 20 naciones con unos 350 millones de habitantes.

"El BCE no establecería ninguna limitación sobre dónde, cuándo o a quién se puede pagar con un euro digital", dijo Panetta.

Con la esperanza de abordar una preocupación clave sobre la privacidad y la confidencialidad, Panetta dijo que el BCE pretende no tener acceso a los datos personales.

Sin embargo, esto puede resultar problemático, dadas las preocupaciones sobre el blanqueo de dinero, la financiación del terrorismo y la evasión fiscal, por lo que los legisladores están estudiando opciones para vigilar el uso.

El BCE aún sólo está investigando la creación de un euro digital y la emisión real aún está a años vista.